viernes, 20 de junio de 2008

Suma

La muerte es la suma de nuestros adioses. El poeta echa la cuenta sin odio y sin miedo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo creí que era la vida una suma de adioses, y el poeta el escribano que levanta las actas de defunción correspondientes... "golpe a golpe, verso a verso". Y con miedo: el poeta no odia, Fran, pero siempre tiene miedo.

Francisco Sianes dijo...

Ana,

La vida es una materia tan maleable que, inderogablemente, acaba siendo nuestro autorretrato. La muerte que no conoceremos no es más que un rutinario acontecimiento biológico; la que tratamos a diario es la mano que avienta el coraje y su alegría.

El poeta no es un notario de lápidas. Encuentra siempre la llama en los dominios del frío.
Vida y miedo son fieles sinónimos. Pero quien se enfrenta atemorizado a sus adioses no ha sido digno de sus encuentros.

Anónimo dijo...

Sin odio y sin miedo: con dolor.

Anónimo dijo...

está bien que los comentarios pasen a calidad de post, sobre todo este.

a dickinson le diría (y digo) que si hay dolor sin odio ni miedo es que algo falla, tal vez la vista.

Anónimo dijo...

Exactamente, An: falla la vista, el oído, el tacto, el olfato y todo el resto de cosas a las que decimos adiós al morir.

Francisco Sianes dijo...

An,

Quién no es selectivamente miope...

***

Dickinson,

Hermoso apellido. Será siempre bienvenido aquí.

***

Abrazos a cada una.