Un barco a la deriva bajo la dirección de "tontos útiles" y por la sumisión de listos inútiles.
martes, 29 de mayo de 2012
Lepra
Ruina económica y política, miseria cívica y educativa... mierda que infecta todas la esquinas. El vertedero crece ahí, ante nuestros ojos; hijo de nuestra corrupción, nuestra irresponsabilidad, nuestra frenética apatía: tengámoslo por una de las grandes creaciones colectivas del presente. ¿Qué mano lavará esta lepra?
viernes, 11 de mayo de 2012
Lampedusa y los recortes
Un compañero de fatigas escribe sobre los recientes recortes en el sistema de enseñanza:
"No
digo que el malestar no esté justificado. Claro que lo está. Pero no
porque las medidas de Wert sean intrínsecamente perversas, sino porque
no se inscriben en un proyecto que las haga asimilables. Wert, como la
izquierda, como la inmensa mayoría de sindicatos y profesores, como la
sociedad española, ha preferido diferir las cuestiones de principios,
aquellas que no tienen que ver con números y presupuestos sino con una
concepción de lo que pueda o deba ser la enseñanza.
La
desazón de muchos profesionales se vería mitigada si la dureza de las
medidas se acompañase de un discurso argumentado, de un planteamiento
intelectual con el que corresponder, al menos, a la supuesta
inteligencia de sus interlocutores."
Esta
es la clave. Teniendo en cuenta cuáles han sido las primeras medidas
del ministro, todo seguirá exactamente igual, pero con menos dinero, más
horas de trabajo y más alumnos por clase. Wert o el
hipergatopardismo: cambiar algo para que todo siga aun peor.
jueves, 10 de mayo de 2012
Los árboles y el bosque
Tomando un café en una terraza, presencio una de esas estampas que nos regala la primavera sevillana. Unas jovencitas pasean, ya desembarazadas de los igualadores ropajes invernales, alborotando la tarde con sus risas. Las contemplo yo, a lo lejos, con sedentariedad no exenta de lujuria; y quiere la fortuna que se vayan acercando a la terraza y acaben sentándose a mi vera. Mas hete aquí que, contemplado de cerca, aquel feliz grupito no es sino una adición de femeniles medianías que mi calenturienta y quijotesca observación ha trastocado en fantástico serrallo. ¿Cómo he podido urdir semejante delirio? Comprendo que en mi evaluación de aquel grupo de calamidades he restringido mi atención al caudaloso pecho de esta, al culito respingón de aquella, al melenón de aquella otra y al cimbreante contoneo de caderas de la de más allá, marginando los defectos que hubieran puesto freno y desautorizado a mi deseo. Así hacemos, aventuro, cada vez que movilizamos nuestros prejuicios y nuestros intereses para juzgar a cualquier conjunto o colectivo: sean los políticos, los inmigrantes, las mujeres, el manoseado "ser humano" o el mismísimo Universo, alternativa o simultáneamente responsables de todas las grandezas y todas las miserias. El bosque nos permite no mirar los árboles. El juicio individual y ponderado es, por tanto, una escuela de ecuanimidad y precisión frente a la hybris: la única manera de hacer justicia a cualquier sujeto, incluido el colectivo que formamos cada uno de nosotros mismos (que tantos hombres somos y seremos y hemos sido).
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