El fin no es un naufragio redentor: no es sino este lento estancarse todas las cosas. Palabras, latidos, afectos que iban y venían impulsados por el vigor de su precipitado origen, de pronto nada más que lengua muerta, helado corazón, caricia detenida. ¿Qué fruto habría de brotar de aquella tierra yerta? ¿Quién tejerá de nuevo lo que ellos, irrevocables y precisos, destejieron? ¿Cómo anudar un cuerpo y otro cuerpo que unánimes en llama ardían? ¿Dónde reconocerlos en esta hoguera extinta, en el jadeo exhausto de la ceniza imponderable?
lunes, 21 de abril de 2008
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14 comentarios:
La respuesta, el porvenir. El fin nunca es redentor, el nuevo punto de partida al que el fin empuja, es inevitablemente un renacer, volver a sembrar y a cosechar en tierra fértil, pues allí donde el fuego arrasa, resurge la fuerza y el poder de la naturaleza.
Hasta de la tierra yerta y estancada nace vida.
Ese es su regalo, aunque no la reconozcas, ella te reconoce a ti.
(...)
"¡En vano! ¡En vano!... ¡Demasiado espesas
Serán las capas, ay, sobre sus huesas!...
Amontonados todos y vencidos,
Ya no podrán dejar los viejos nidos,
Y al llamado del astro pasajero,
Ningún hombre podrá gritar: ¡Yo quiero!..."
Alfonsina Storni, Letanía de tierra muerta.
Los reconoceremos en esa cremallera que se abre desde la garganta al estómago, en esos intervalos de pérdida, de congelación, de insomnio, de absurda y desgarradora alegría.
Hace ya unos años un amigo me regaló un relato que escribió, y cuya acción se desarrollaba en torno a una torre. El final de esta torre fueron las llamas. Si hago recuento son ya tres "torres" junto con la tuya (Montaigne, mi amigo y tú) las que "echan humo" cuando sus inquilinos entran en ellas :).
"Llevamos con nosotros la causa de nuestro tormento. No poseemos libertad completa; volvemos la vista hacia lo que hemos dejado y con ello llenamos nuestra imaginación.(...)"
"In solis sis tibi turba locis. (Sé un mundo para tí mismo en solitarios lugares)."
M. de Montaigne. "De la soledad".
Bueno, hay una cuarta "torre" que me viene a la memoria ahora:
"Un conocido científico (algunos dicen que fue Bertrand Russell) daba una vez una conferencia sobre astronomía. En ella describía cómo la Tierra giraba alrededor del Sol y cómo éste, a su vez, giraba alrededor del centro de una vasta colección de estrellas conocida como nuestra galaxia. Al final de la charla, una simpática señora ya de edad se levantó y le dijo desde el fondo de la sala: «Lo que nos ha contado usted no son más que tonterías. El mundo es en realidad una plataforma plana sustentada por el caparazón de una tortuga gigante». El científico sonrió ampliamente antes de replicarle, «¿y en qué se apoya la tortuga?». «Usted es muy inteligente, joven, muy inteligente -dijo la señora-. ¡Pero hay infinitas tortugas una debajo de otra!». La mayor parte de la gente encontraría bastante ridícula la imagen de nuestro Universo como una torre infinita de tortugas, pero, ¿en qué nos basamos para creer que lo conocemos mejor? (...)"
Stephen Hawking. "Historia del Tiempo".
Recorremos alegremente caparazones de tortugas que parecen infinitos, pero con cierta desilusión descubrimos que esa torre que elegimos tiene un final, y ya sólo nos queda, cuando descendemos con voluntaria lentitud, descubrir si aún siguen sobre esos caparazones las huellas de nuestros pasos.
Por cierto, aún nos queda pendiente ese concierto aquí en Sevilla.
Un saludo, Fran.
Pilar.
Solo los infatigables, amigo, seguirán tejiendo.
Según dicen, llegarán otros (han de ser otros) que tejerán con ellos para volver a destejer, y la flamante llama se trasmutará en ceniza, y de nuevo el fin anunciará el principio de otro iniciático final...
Porque no es fácil escapar del círculo de la vida.
Según dicen, vamos.
Pensar en el final es la forma más útil de nunca empezar.
Sólidos muros para una torre de la que no es posible salir, ni entrar.
"Massive lenteur, lenteur martelée;
Humaine lenteur,lenteur débattue;
Déserte lenteur, reviens sur tes feux;
Sublime lenteur, monte de l’amour:
La chouette est de retour."
René Char.
No hay nada que anudar, solo extender la mano y tocar.
Idea,
«El presente se pone en manos del futuro lo mismo que una viuda ignorante y confiada se pone en manos de un astuto y deshonesto agente de seguros».
Aun así, gracias por sus porvenires.
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¿Reconocerme, Elena?
¡Estoy perdido!
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Y sin duda será así, Tierra muerta, porque -no nos quepan dudas- lo último que se oirá antes del fin del mundo serán las palabras de un experto, gritando: "¡Es técnicamente imposible!"
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La alegría nunca es absurda. Felices los felices, anómino.
(Y yo sería tan feliz si usara usted un nick... Anónimos del mundo: ¡distinguíos!)
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Pilar,
¡Qué alegría leerte de nuevo!
Ya sabes que el hombre propone, Dios dispone y la mujer descompone. Así que te dejo proponer a ti (siempre que no sea una gansada contemporaneosubvencionada).
Un abrazo.
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Ojalá sea recompensada, Ricardo, esa paciencia de Penélope.
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Ni de las hipotecas, querida Inés: ni de las hipotecas. Pero iremos aprendiendo, por la cuenta que nos trae.
Abrazos.
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Ermitaño,
Quien ve el fin en el principio -parafraseo a Cioran- pasa de esclavo a liberado. Bien mirados, algunos muros son puertas.
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Virginia,
Pourras-tu accepter contre toi un homme si haletant?
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Anónimo,
(Si fuera tan amable de usar un nick...)
Precaución: ciertos contactos son eléctricos.
Tú, acumulas polvo.
Yo, lo soplo y me quedo con la vida, que son todos los regalos que, sin querer y sin saberlo, me vas dando.
Y si, por todo eso que resurge del polvo, mi gratitud y reconocimiento sincero.
Un abrazo muy fuerte.
Francisco, felizmente, la poseía nace de tantas cosas impensables, del más grande de los dolores y de las mayores conquistas de la alegría. Tal vez por eso desdeño el triste destino de una viuda ignorante en manos de un gran estafador, y me reconcilio con tu pregunta, que es más un grito de dolor que una verdad revelada. El pasado se funda en el pasado, y la mirada del presente, ya sea ante la derrota o ante la victoria, no teje nada más que la distancia ya inalcanzable, lo que fue en un ayer del tiempo, luego, seguiremos tejiendo y construyendo presentes.
Tenía una frase que me gustaba mucho sobre el Ahora, era más ó menos así:
El Tiempo es el Acueducto del Ya, y el Ya es la sucesión poliédrica de los Instantes. (Poliédrica no era, pero 'ahora', no recuerdo la palabra exacta, ya lo pensaré en otro ya.
Estoy pensando que sois todos demasiados cultos e inteligentes para mi, tendré que leer más.
Nanit :)
... O dejar de venir, que me acomplejo...
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