domingo, 27 de abril de 2008

Galope muerto

Yegua negra del recuerdo, junto a ti me abrevo en las heridas de su ausencia. Paso a paso la seguimos con los párpados segados. Tras nosotros, sólo el rastro de una sombra que se alarga; por delante, los robados porvenires; a mis pies -incesante, sin rumbo, soberano-, tu galope.

2 comentarios:

Idea dijo...

"Poesía necesaria como el pan de cada día, como el aire que exigimos trece veces por minuto, para ser y en tanto somos, dar un sí que glorifique"
Si acaso muerto, sólo el galope...

Anónimo dijo...

Ligereza ausente, eco del desvinculo que nos acecha.
Respiración suspendida al transitar por el dialogismo.
Nostalgia de una vida al unísono con este tiempo.

Enciendo el pulsómetro y escucho una oscilación, que firme, no puede detenerse; mientras me pregunto: ¿Para qué sirve?