lunes, 14 de abril de 2008

Alea iacta est

La vida es una pesadilla que se muerde la cola, un museo de los horrores sin salidas de emergencia. Y a ti, después consultar a los más sabios de los sabios y templar tu valentía en las fraguas del coraje, sólo se te ocurre, ¡oh César redivivo!, comprar la lotería.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Alguna alternativa "novedosa"?

Anónimo dijo...

Quien no apuesta, no gana.

Anónimo dijo...

La suerte está echada compres o no,
así que, mejor jugar.

Francisco Sianes dijo...

Fénix,

¿El Combo?

***

Yo apostaría siempre a yegua ganadora, Ricardo; ¡pero "ubi sunt?"!

***

La vida es una tómbola, Pentesilea (o eso cantaba Marisol). Le deseo suerte: su tocaya no acabó precisamente bien. Hágame caso: los tirillas como yo somos más de fiar que los cachas aquileos.

Un abrazo a cada uno.

Anónimo dijo...

Prefiero, desafiando la suerte, elegir los sucesos, que encadenados, también transforman la vida.


Besos.

Francisco Sianes dijo...

Elena,

¿Elecciones-concejalía-especulación-"pelotazo"-Miró en el baño?

Yo me apunto.

Más para usted.

Anónimo dijo...

¡Francisco! ¡Por una vez me ha leído el pensamiento! :)



Sigo encadenando los besos.

Francisco Sianes dijo...

No encadene tanto, Elena, que luego me presumen harenes -ay- inexistentes...

("Por una vez"... ¡Eso no se lo cree ni usted!)

Anónimo dijo...

Sigo encadenando besos, incluso (y a pesar de las envidias ajenas) hasta donde usted se pierde.



(“por una vez"...si. Creo que tendré que empezar a replantearme lo del factor “suerte”)

Sir John More dijo...

¡Joder, ¿cómo lo supiste?! Si me toca mañana la primitiva o unos décimos de la lotería del jueves te aviso... Creo que se llama así, lotería del jueves; juro que no compro nunca, sólo a veces un amigo compañero de trabajo echa una primitiva y me invita a compartirla. Pero el otro día el trabajo me resultó tan insoportable que fui yo el que propuso echar suertes, y es que me pusieron dos jefas que están demostrando con maestría que la mujer puede ser tan mala dirigiendo como el peor de los hombres. Aunque ni esto desanima la vanidad feminista de mis compañeras de trabajo... En fin. Suerte.

Francisco Sianes dijo...

¡Sir John!

Me alegro mucho de verte por aquí, amigo. No sé por qué motivo no puedo acceder a tu blog. Desde hace semanas, tu pantalla se me queda "congelada".

No me soliviantes al sector femenino, que luego me dejas solo ante el peligro y tengo que capear el temporal con mis exiguas fuerzas.

Un fuerte abrazo.

Sir John More dijo...

Vaya, no me asustes. Hace poco modifiqué la plantilla para que fuera un poco más ancha. Estaba harto de tantas estrecheces. Pero nadie me ha comentado que haya tenido problemas. Entra con otro navegador, a ver si... Por lo de las mujeres no te preocupes: la que se sienta más persona que mujer entenderá que a lo que me refiero es a que la estulticia no es monopolio de ningún sexo. La que se sienta más mujer que persona, que diga lo que quiera decir, total... Un abrazo.

Francisco Sianes dijo...

Probaré, probaré y te cuento.

Ya sabe, curtido amigo, que las mujeres son como las yeguas salvajes: hay que susurrarles al oído antes de ponerles la brida.

Sir John More dijo...

Eaaaaaa, y después tendré yo la culpa que se le tiren a usted a la yugular...