viernes, 20 de junio de 2008

Destino ejemplar

Despreciables masas rencorosas, os domaré con la seda y el látigo de mi talento.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo dudo :-)

Francisco Sianes dijo...

La duda es uno de los nombres de la inteligencia; pero, en este caso, apuesto por el iluso deseo. A veces, precisamos las mentiras movilizadoras. ;-)