lunes, 16 de junio de 2008

Madre de nadie

Libertad, fiera indomable, ya no queremos alojarte en casa. Sólo te reclamamos para arrojarte contra los que odiamos. Madre de nadie, avanzas junto al crepúsculo sangriento, hermano de tu ocaso.

2 comentarios:

David J. Calzado dijo...

Ferozmente libres, tensamos los barrotes.

Francisco Sianes dijo...

Parece ser que hoy sólo son libres (y, por tanto, culpables) aquellos a los que deseamos desacreditar (o destruir). Los demás sólo somos sus presuntas víctimas. La responsabilidad es un dedo acusador con el que nunca nos señalamos.

Un abrazo.