martes, 17 de junio de 2008

La costilla de Adán (12). Reconversión

Las caderas de las mujeres son la mejor excusa que encontramos para dejarnos la vida en cualquier curva. Triste destino el del segundo sexo: las yeguas que trotaban hacia el cielo las hemos convertido en cementerios de automóviles.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

pero la potencia se mide en caballos.

no entiendo por qué tienes 2 blogs y qué criterio sigues a la hora de postear en uno u otro... (en realidad no espero respuesta, es más una inquietud "en alto").

Francisco Sianes dijo...

An,

Te presumo una mente tan potente (medida en yeguas), que no dudo que podrás hallar una respuesta por ti misma.

(Y si no, me preguntas otra vez y santas pascuas)

Anónimo dijo...

jajajajaja

Sir John More dijo...

"Y cuanto más tengo más quiero yo.
¡Ay!, me paso la noche en vela
pa mirar como un chiquillo
cómo se pone la luna
por detrás de tus caderas".

Grande Ruibal, ¿eh? Y gran razón la suya, joven. Por cierto, por pura falta de intuición me uno a la pregunta de An. Abrazos a diestro y siniestro.

Francisco Sianes dijo...

Digamos que en mi jardín procuro ser conciso y modosito; mientras que en esta torre (o río) dejo salir -de tanto en tanto- al orate verborreico y frívolo que casi siempre soy.

Un abrazo a cada uno (ambos cariñosos; mas no exactamente iguales).

Sir John More dijo...

Gracias a Dios... Lo del abrazo, digo.

[esto de la palabra verificadora cada vez es más ilegible, complicado y coñazo...]