Aunque hay excepciones que uno nunca agradecerá bastante y que constituyen un bálsamo para el corazón, me temo que soy un "pesimista antropológico".
Un fuerte abrazo.
***
A todos,
Disculpad que no responda últimamente (como es mi costumbre) a todos los que comentáis estos artículos. Atravieso una atareadísima y estresante etapa laboral, que incluye incluso una persecución del "disidente" (el arriba firmante). Rezaré todas las noches el microcredo y espero volver intacto y remozado del conato de purga.
El evangelio según San Emilio... Por cierto, desde que hice la mili en la prehistoria soy partidario del régimen militar en las escuelas. Pero no de cualquier régimen militar, del régimen militar chusquero. Así aprenderán los adolescentes y jóvenes en general a no ser... tan jóvenes y a no provocar con su juventud, qué cojones. ¡Sus órdenes, mi sargento! Se retira a sus aposentos el soldado zapador Hernández.
Olvídese. La disciplina ha muerto (la hemos matado entre todos). No digamos el esfuerzo. Y con ellos, pese a la complacencia de los postmodernos, se da carpetazo a la civilización.
Del ejército de la educación sólo quedan solitarios y estragados francotiradores.
Hay tardes enteras que ha pasado hojeando -sin apenas leer, por el entrañable placer de acariciarlos, olerlos, tenerlos cerca- los manoseados volúmenes de sus estanterías. Rara es la semana que ha dejado pasar sin escribir a mano una carta a un antiguo maestro, al que un día temió y hoy aprecia. Alguna vez, algún vecino curioso podría descubrirlo en ensimismada contemplación tras la ventana; podría acaso pensar que alguna melancolía lo aturde o acosa: él sólo escucha una música lejana o el calmado discurrir de sus ritmos interiores. Nunca un café se alargó como aquel que compartía con ella las soleadas e infinitas mañanas de domingo, a la sombra del árbol que plantara su abuelo. Nadie encontrará con más facilidad una excusa para interrumpir sus paseos por la playa en penumbra, tal como los interrumpía con ella, ahora que ella le falta. Jamás un latido ha durado tanto. Sin duda, observadores imparciales que nada saben ni quieren saber de él dictaminarían, con justicia, que ha perdido el tiempo. Él, si tuviera el valor de contestar, sin exigirles comprensión y con no menos justicia, sostendría que ha ganado una vida.
6 comentarios:
Lamentablemente (y digo lamentable porque me gustaría que no lo fuera) creo e lo mismo anque tal vez de otra forma. Beso
Idea,
Aunque hay excepciones que uno nunca agradecerá bastante y que constituyen un bálsamo para el corazón, me temo que soy un "pesimista antropológico".
Un fuerte abrazo.
***
A todos,
Disculpad que no responda últimamente (como es mi costumbre) a todos los que comentáis estos artículos. Atravieso una atareadísima y estresante etapa laboral, que incluye incluso una persecución del "disidente" (el arriba firmante). Rezaré todas las noches el microcredo y espero volver intacto y remozado del conato de purga.
Afectuosos saludos para todos.
Hombre Francisco, tener tantas tareas ahora es la consecuencia de suspender a tanta gente... Ahora tendrás que hacerte cargo de tus hobbies.
Te vamos a tener que comprar unas pastillitas de Bromuro de Potasio, que para levantar el ánimo son muy buenas.
Saluditos!
Ah! Y muchas gracias por mi nota; me ha sorprendido mucho, al final no eres tan "Sargento Sianes" :)
Ex-alumnita,
Ahí arriba os dejo algo. Y disculpad que no estuviera donde me gustaría haber estado. El bromuro no llegó a tiempo.
Un cariñoso saludo.
¡Rompan filas!
El evangelio según San Emilio... Por cierto, desde que hice la mili en la prehistoria soy partidario del régimen militar en las escuelas. Pero no de cualquier régimen militar, del régimen militar chusquero. Así aprenderán los adolescentes y jóvenes en general a no ser... tan jóvenes y a no provocar con su juventud, qué cojones. ¡Sus órdenes, mi sargento! Se retira a sus aposentos el soldado zapador Hernández.
Mi querido amigo,
Olvídese. La disciplina ha muerto (la hemos matado entre todos). No digamos el esfuerzo. Y con ellos, pese a la complacencia de los postmodernos, se da carpetazo a la civilización.
Del ejército de la educación sólo quedan solitarios y estragados francotiradores.
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