Habiendo constatado que su sedienta ambición no la calmaban las arduas conquistas en los campos de batalla ni las ardorosas victorias en el lecho de las vírgenes, desestimados por insípidos los laureles de la gloria y los fastos del poder, vino a alumbrar la más extraña aspiración que engendrara hombre alguno: las asombradas muchedumbres saludarían a su paso al primero de una estirpe sin ancestros, al patriarca inopinado de una vasta progenie: el primitivo hombre virtual.
martes, 20 de mayo de 2008
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1 comentario:
¡Dios mío, Francisco, tú en el siglo XXI!
Si no lo veo, no lo creo...
De todas formas, tengo que añadir que, a tu querido hombre virtual le falta una cosita para ser perfecto, que lástima. Pero no te preocupes, en 10 días, volverás a casa, por un instante, retrocederás a tu tiempo :)
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