Hemos hecho recuento de todo el dolor que, llegado el caso, el verdugo podría extraer de cada pulgada de nuestro cuerpo: después, con el corazón en un puño, hemos avanzado para hacer frente.
René Char. Hojas de hipnos.
Variaciones y fuga de Francisco Sianes
3 comentarios:
¡Dios santo!
Se me alborotan las hormonas con la fuerza de esas líneas...
Char acaricia como los volcanes, querida Amanda.
"Cayó como si no distinguiese a sus verdugos y tan ligero -así me pareció- que el menor soplo de viento lo habría alzado de la tierra": la ejecución del poeta. Ligero y traslúcido como una lágrima.
Un beso.
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