miércoles, 26 de diciembre de 2007

El olor del coraje

Hemos hecho recuento de todo el dolor que, llegado el caso, el verdugo podría extraer de cada pulgada de nuestro cuerpo: después, con el corazón en un puño, hemos avanzado para hacer frente.

René Char. Hojas de hipnos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Dios santo!
Se me alborotan las hormonas con la fuerza de esas líneas...

Francisco Sianes dijo...

Char acaricia como los volcanes, querida Amanda.

Anónimo dijo...

"Cayó como si no distinguiese a sus verdugos y tan ligero -así me pareció- que el menor soplo de viento lo habría alzado de la tierra": la ejecución del poeta. Ligero y traslúcido como una lágrima.
Un beso.