miércoles, 7 de noviembre de 2007

La más dócil de las formas del tiempo

La nota "pedal" a partir de -1:42. A la ascesis por vía de la pasión.

5 comentarios:

VCD dijo...

Cómo un único hombre es capaz de sintetizar toda la música compuesta anteriormente. Cómo un hombre es tocado por este destino para conseguir la superación de la música en sí. Y cómo otro hombre es capaz de posar su mano sobre el hombro del otro atravesando siglos de tiempo para regalarnos las pruebas de esta superación.

¡Vaya! Qué velocidad está cogiendo tu blog... Me da la sensación de que en vez de semanas hace meses que no me paso por aquí.

Siempre un abrazo.

Anónimo dijo...

¡Impresionate vitalidad! ¿Alguien habló de la decrepitud de la vejez? De esta forma uno siente las ganas de apurar hasta el último sorbo del tiempo que le toca vivir.

Aprecio, además, una veneración por la ancianidad de la que me siento partícipe.

Sorprendente, como siempre, Francisco.

Gracias por estos hermosos ratos.

Anónimo dijo...

Qué hermosa y apasionada... aunque prefiero un tempo más lento. Ya conocía estos vídeos de maestro Mstislav.
Esa suite tercera cuenta con una tonalidad clara, brillante... pero en efecto es esa nota pedal en sol la que subraya -como usted- la extraordinaria intensidad del material sonoro. Por eso, quizá, me gustaría paladearla más despacio.
Preludio de abrazo.

Francisco Sianes dijo...

Edelweiss,

Sin prisa; pero sin pausa. Cuando vaya demasiado rápido, dame un toque; que no quiero yo precipitarme.

Un abrazo.

***

Tiene razón, amigo Insipiente: nada me conmueve más que un anciano que ha sabido conservar la entereza intelectual, artística y ética.

¡Quién mereciera un destino semejante!

***

Ana,

Las suites son una de mis debilidades. Las he escuchado cientos de veces, en las más variadas (a veces pintorescas) interpretaciones. Quizá las de Bylsma o la de Fournier sean más de su gusto.

Un abrazo con la "Allemande" de la sexta suite.

Anónimo dijo...

Buenas versiones cita. También podría añadirse la muy elegante de Jaap Ter Linden.
Gracias por su modulado, exquisito abrazo.