Te soñaba lobo pelágico En solitarias aguas flemáticas Pero encuentro a un pescador Afanado en mar bravío Rítmicamente resuena En las voluptuosas redes Colgadas de su silencio El gemir de las almas naufragas Rítmicamente chocan sus fugaces cinturas Ah, mientras tu sonrisa - oh, sí, su sonrisa- Boyante de orgullo contempla Orfeones flamantes de espumas que luchan Nuevos anzuelos de anhelos que traman Incesantes catervas de voces delgadas Tenazmente ciegas, empapadas de nada Obcecadas letanías de un eco sediento Que cautivas en azules latitudes de espera Un nuevo jirón de su abrazo reclaman Imaginé un lobo pelágico, sí... Lobo cartujo que a mí me aguardaba Labrando deseos en estampa nostálgica Oh, pero cómo engaña nuestra ilusión romántica!
Érase una vez un lobito bueno al que maltrataban todos los corderos. Y había también un príncipe malo, una bruja hermosa y un pirata honrado. Todas estas cosas había una vez. Cuando yo soñaba un mundo al revés.
Primero, le agradezco la lisonja, aunque el improvisado acróstico, más que un cavilado ejemplo para el tema de su artículo, fue un súbito desahogo de mi espíritu impulsivo.
La torpe espontaneidad me hizo mezclar pronombres y omitir algunos signos de puntuación, lo que quizá ha dificultado la comprensión del poema. Aquí lo tiene corregido:
Te soñaba lobo pelágico En solitarias aguas flemáticas Pero encuentro a un pescador Afanado en mar bravío. Rítmicamente resuena En las voluptuosas redes Colgadas de tu silencio El gemir de las almas naufragas, Rítmicamente chocan las fugaces cinturas. Ah, mientras tu sonrisa -oh, sí, tu sonrisa- Boyante de orgullo contempla Orfeones flamantes de espumas que luchan, Nuevos anzuelos de anhelos que traman, Incesantes catervas de voces delgadas, Tenazmente ciegas, empapadas de nada: Obcecadas letanías de un eco sediento Que cautivas en azules latitudes de espera Un nuevo jirón de tu abrazo reclaman. Imaginé un lobo pelágico... Lobo carturjo que mí me aguardaba Labrando deseos en estampa nostálgica. Oh, pero cómo engaña la ilusión romántica!
Espero que ahora se oriente mejor por esos meandros que se le antojan tan subterráneos. De todas formas, lo que un verso declara es lo que cada cual escucha en él.
En cualquier caso, yo no soy poeta, así que mejor me serviré de las palabras de otros, como sabiamente hace usted:
"Adiós, dulces amantes invisibles, Siento no haber dormido en vuestros brazos Vine por esos besos solamente; Guardad los labios por si vuelvo."
Un saludo y felicitaciones por su "interesante" página.
En un país donde el 20% de los hombres padece* disfunción eréctil, puede uno permitirse, con absoluta tranquilidad de ánimo, que la creatividad también decaiga.
Un abrazo.
* [¡Oh nunca bien ponderadas reglas de concordancia, que me exoneráis de elegir entre la primera y la tercera persona del plural!]
---
Carateca**,
Le confesaré que, más que lobo pelágico, me siento marinero retirado y declinante como el simpar "Chanquete".
Y, honrando una costumbre que me ha salvado (¡oh dioses de la intertextualidad!) de incontables y comprometidos atolladeros, acabaré citando a un tercer sevillano:
"Dicen que tuvo un serrallo este señor de Sevilla; que era diestro en manejar el caballo, y un maestro en refrescar manzanilla. Cuando mermó su riqueza, era su monomanía pensar que pensar debía en asentar la cabeza. Y asentóla de una manera española, que fue casarse con una doncella de gran fortuna."
Un cordial salido***.
** [Injusto sería negarle la perseverancia (¿o es contumacia?)]
***[Disculpe mi torpe espontaneidad: quise decir "saludo"].
Hay tardes enteras que ha pasado hojeando -sin apenas leer, por el entrañable placer de acariciarlos, olerlos, tenerlos cerca- los manoseados volúmenes de sus estanterías. Rara es la semana que ha dejado pasar sin escribir a mano una carta a un antiguo maestro, al que un día temió y hoy aprecia. Alguna vez, algún vecino curioso podría descubrirlo en ensimismada contemplación tras la ventana; podría acaso pensar que alguna melancolía lo aturde o acosa: él sólo escucha una música lejana o el calmado discurrir de sus ritmos interiores. Nunca un café se alargó como aquel que compartía con ella las soleadas e infinitas mañanas de domingo, a la sombra del árbol que plantara su abuelo. Nadie encontrará con más facilidad una excusa para interrumpir sus paseos por la playa en penumbra, tal como los interrumpía con ella, ahora que ella le falta. Jamás un latido ha durado tanto. Sin duda, observadores imparciales que nada saben ni quieren saber de él dictaminarían, con justicia, que ha perdido el tiempo. Él, si tuviera el valor de contestar, sin exigirles comprensión y con no menos justicia, sostendría que ha ganado una vida.
13 comentarios:
¿Y con cuála te quedas, con la Sabina o con la Urquija?
Por favor, para mí una de realismo y piedad.
Te soñaba lobo pelágico
En solitarias aguas flemáticas
Pero encuentro a un pescador
Afanado en mar bravío
Rítmicamente resuena
En las voluptuosas redes
Colgadas de su silencio
El gemir de las almas naufragas
Rítmicamente chocan sus fugaces cinturas
Ah, mientras tu sonrisa - oh, sí, su sonrisa-
Boyante de orgullo contempla
Orfeones flamantes de espumas que luchan
Nuevos anzuelos de anhelos que traman
Incesantes catervas de voces delgadas
Tenazmente ciegas, empapadas de nada
Obcecadas letanías de un eco sediento
Que cautivas en azules latitudes de espera
Un nuevo jirón de su abrazo reclaman
Imaginé un lobo pelágico, sí...
Lobo cartujo que a mí me aguardaba
Labrando deseos en estampa nostálgica
Oh, pero cómo engaña nuestra ilusión romántica!
Confío plenamente en tu criterio, Amanda.
Cuarto y mitad de lo mismo, por favor.
***
Cara auténtica,
Érase una vez
un lobito bueno
al que maltrataban
todos los corderos.
Y había también
un príncipe malo,
una bruja hermosa
y un pirata honrado.
Todas estas cosas
había una vez.
Cuando yo soñaba
un mundo al revés.
¡Y bienvenida (o bienvenido)!
No lo dije antes, por falta de tiempo, Cara auténtica.
Pero siento a la vez el orgullo y el desánimo de que los comentarios que dejan aquí son a veces más interesantes que los propios artículos.
Mi agradecimiento y mi resignación.
Una última cosa,
Aunque verticalmente me oriento en el farallón de su acróstico, es en el trazo horizontal y subterráneo de sus meandros donde me pierdo*.
¿Tendría la deferencia de guiarme un poco por la cara oculta de la luna?
*[Vulgo: que está uno más perdío en su poema que el barco 'el arró]
¿Desánimo?
No se nos amilane ahora, Francisco,que lo que con resignación acusa, no es sino franca dicha para quienes leemos este espacio.
Si a entradas buenas se le añaden comentarios buenos sube el nivel de contento que entre todos se ha de repartir.
y , por favor le pido que no se me resigne tan sin "nesecidá", que el espíritu se creativo se resiente.
Y por favor le pido que no se me resigne tan sin "nesecidá", que el espíritu creativo se resiente.
Primero, le agradezco la lisonja, aunque el improvisado acróstico, más que un cavilado ejemplo para el tema de su artículo, fue un súbito desahogo de mi espíritu impulsivo.
La torpe espontaneidad me hizo mezclar pronombres y omitir algunos signos de puntuación, lo que quizá ha dificultado la comprensión del poema. Aquí lo tiene corregido:
Te soñaba lobo pelágico
En solitarias aguas flemáticas
Pero encuentro a un pescador
Afanado en mar bravío.
Rítmicamente resuena
En las voluptuosas redes
Colgadas de tu silencio
El gemir de las almas naufragas,
Rítmicamente chocan las fugaces cinturas.
Ah, mientras tu sonrisa -oh, sí, tu sonrisa-
Boyante de orgullo contempla
Orfeones flamantes de espumas que luchan,
Nuevos anzuelos de anhelos que traman,
Incesantes catervas de voces delgadas,
Tenazmente ciegas, empapadas de nada:
Obcecadas letanías de un eco sediento
Que cautivas en azules latitudes de espera
Un nuevo jirón de tu abrazo reclaman.
Imaginé un lobo pelágico...
Lobo carturjo que mí me aguardaba
Labrando deseos en estampa nostálgica.
Oh, pero cómo engaña la ilusión romántica!
Espero que ahora se oriente mejor por esos meandros que se le antojan tan subterráneos. De todas formas, lo que un verso declara es lo que cada cual escucha en él.
En cualquier caso, yo no soy poeta, así que mejor me serviré de las palabras de otros, como sabiamente hace usted:
"Adiós, dulces amantes invisibles,
Siento no haber dormido en vuestros brazos
Vine por esos besos solamente;
Guardad los labios por si vuelvo."
Un saludo y felicitaciones por su "interesante" página.
Animosa Amanda,
En un país donde el 20% de los hombres padece* disfunción eréctil, puede uno permitirse, con absoluta tranquilidad de ánimo, que la creatividad también decaiga.
Un abrazo.
* [¡Oh nunca bien ponderadas reglas de concordancia, que me exoneráis de elegir entre la primera y la tercera persona del plural!]
---
Carateca**,
Le confesaré que, más que lobo pelágico, me siento marinero retirado y declinante como el simpar "Chanquete".
Y, honrando una costumbre que me ha salvado (¡oh dioses de la intertextualidad!) de incontables y comprometidos atolladeros, acabaré citando a un tercer sevillano:
"Dicen que tuvo un serrallo
este señor de Sevilla;
que era diestro
en manejar el caballo,
y un maestro
en refrescar manzanilla.
Cuando mermó su riqueza,
era su monomanía
pensar que pensar debía
en asentar la cabeza.
Y asentóla
de una manera española,
que fue casarse con una
doncella de gran fortuna."
Un cordial salido***.
** [Injusto sería negarle la perseverancia (¿o es contumacia?)]
***[Disculpe mi torpe espontaneidad: quise decir "saludo"].
Que se ha casado? ¡Buena suerte! ¡Viva cien años contento! Ya sabía yo que su tenaz celibato acabaría en burdo cuento.
(Perseverancia, contumacia o imprudencia... como diría el astuto Valmont: "no puedo evitarlo". Pero qué le voy a contar a usted...)
Con mis mejores deseos...
http://gaellesolal.blogspot.com/2008/01/mis-mejores-deseos.html
Taimada Gaëlle Solal,
Cuidado con lo que sueñas:
http://www.youtube.com/watch?v=I9tWZB7OUSU
Puede hacerse realidad:
http://www.youtube.com/watch?v=9r8hHQAzFhU
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