A veces no sólo se trata de saber, a veces es preciso poder, y esto último no siempre depende de nuestras cualidades. Besos, sin discrepancias, éstas tan sólo para la palabra.
Ah! que buena esta idea. Igual que en la peli: "Cosas que nunca te dije", de Coixet. ¿Por qué le llaman nostalgia cuando quieren decir prejuicios? ¡Se Chinchen!
Hay tardes enteras que ha pasado hojeando -sin apenas leer, por el entrañable placer de acariciarlos, olerlos, tenerlos cerca- los manoseados volúmenes de sus estanterías. Rara es la semana que ha dejado pasar sin escribir a mano una carta a un antiguo maestro, al que un día temió y hoy aprecia. Alguna vez, algún vecino curioso podría descubrirlo en ensimismada contemplación tras la ventana; podría acaso pensar que alguna melancolía lo aturde o acosa: él sólo escucha una música lejana o el calmado discurrir de sus ritmos interiores. Nunca un café se alargó como aquel que compartía con ella las soleadas e infinitas mañanas de domingo, a la sombra del árbol que plantara su abuelo. Nadie encontrará con más facilidad una excusa para interrumpir sus paseos por la playa en penumbra, tal como los interrumpía con ella, ahora que ella le falta. Jamás un latido ha durado tanto. Sin duda, observadores imparciales que nada saben ni quieren saber de él dictaminarían, con justicia, que ha perdido el tiempo. Él, si tuviera el valor de contestar, sin exigirles comprensión y con no menos justicia, sostendría que ha ganado una vida.
3 comentarios:
A veces no sólo se trata de saber, a veces es preciso poder, y esto último no siempre depende de nuestras cualidades.
Besos, sin discrepancias, éstas tan sólo para la palabra.
I.,
Exprimámonos, pues, para ver hasta dónde somos capaces de poder.
Hasta esos besos, alcanzo. :)
Ah! que buena esta idea.
Igual que en la peli: "Cosas que nunca te dije", de Coixet.
¿Por qué le llaman nostalgia cuando quieren decir prejuicios?
¡Se Chinchen!
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