lunes, 15 de marzo de 2010

Una vez más, el mundo no ha acabado.

Lo restituimos cuando nos hallamos
de nuevo frente a frente.
No hay más mundo que éste,
contigo lo comparto
y éste es suficiente.

3 comentarios:

alicia dijo...

Mundo perfecto de un punto al otro, esfera tornasolada que no quiere escuchar funestas profecías de apocalipsis y olvido.

Sir John More dijo...

Bueno, amigo mío, después de un tiempo de silencio lector vuelvo y descubro que tus palabras vuelan últimamente por cielos oscuros. Llevo meses discutiendo con mis dichosos conciudadanos, porque todos me llaman cenizo cuando pido a los cielos que, sin anegar los campos y las casas, siga lloviendo y haciendo frío hasta junio. Ahora, muchos de ellos se quejan de calor. Y digo yo que nunca viene mal un invierno de verdad, por mucha agua que nos caiga. Anda pendiente esa cerveza... Un abrazo.

Francisco Sianes dijo...

Como dejó dicho el gran Guillén, Alicia:

"¿Hubo un caos? Muy lejos
De su origen, me brinda
Por entre hervor de luz
Frescura en chispas. ¡Día!

Una seguridad
Se extiende, cunde, manda.
El esplendor aploma
La insinuada mañana.

Y la mañana pesa,
Vibra sobre mis ojos,
Que volverán a ver
Lo extraordinario: todo.

Todo está concentrado
Por siglos de raíz
Dentro de este minuto,
Eterno y para mí.

Y sobre los instantes
Que pasan de continuo
Voy salvando el presente,
Eternidad en vilo.

Corre la sangre, corre
Con fatal avidez.
A ciegas acumulo
Destino: quiero ser.

Ser, nada más. Y basta.
Es la absoluta dicha.
¡Con la esencia en silencio
Tanto se identifica!

¡Al azar de las suertes
Únicas de un tropel
Surgir entre los siglos,
Alzarse con el ser,

Y a la fuerza fundirse
Con la sonoridad
Más tenaz: sí, sí, sí,
La palabra del mar!

Todo me comunica,
Vencedor, hecho mundo,
Su brío para ser
De veras real, en triunfo.

Soy, más, estoy. Respiro.
Lo profundo es el aire.
La realidad me inventa,
Soy su leyenda. ¡Salve!"

Un cariñoso abrazo.

***

Qué bueno volver a leerte por aquí, Sir.

El tenebrismo literario no siempre proviene de ánimos infelices; aunque casi siempre (descartados el caso de los divos del dolor) es hijo de experiencias instructivas.

Me encantaría tomar esa cerveza (o café) a la vuelta de la semana santa. Ando (no es pretexto) muy liado; pero seguro que podemos coincidir un día.

Un abrazo, amigo.

[Yo también sigo leyéndote; pero padezco de pereza internáutica.]