jueves, 25 de marzo de 2010

La arquitectura del ocaso (3)

¿QUÉ ES EL ROC Y POR QUÉ ES TAN PELIGROSO?

Conscientes del desastre educativo, pero incapaces de reconocer sus errores, nuestros responsables políticos han dado un paso definitivo en su huida hacia adelante.

Debido a que los claustros se negaron mayoritariamente a apoyar el “Programa de Calidad”, la administración educativa ha cambiado la táctica de la seducción por la del castigo. Gracias al nuevo ROC (Reglamento Orgánico de Centros), los profesores pagarán cara la rebeldía de no haber aceptado cobrar más dinero a cambio de más aprobados. El ROC supone una tentativa desesperada por silenciar a los claustros y limitar (aun más) sus competencias.

El método para lograrlo es sencillo: la administración pretende conceder a los Directores de los centros plenos poderes y competencias, sin establecer, además, ningún criterio claro para ejercerlas.

El Director no será ya un profesor más que asume la dirección de un instituto durante un tiempo. Pasará a regir, con poder casi ilimitado, todas las esferas del centro: pedagógica, didáctica, administrativa y, por supuesto, disciplinaria.

Con el nuevo ROC, el Director tendrá –entre otras- estas atribuciones:

- Decidirá qué bajas se cubren y cuáles no.
- Determinará qué puestos de su centro son vacantes y diseñará los perfiles para cubrir esas plazas.
- Nombrará y cesará a los jefes de departamento y a los jefes de áreas de competencias.
- Detentará la dirección pedagógica del instituto; es decir, tendrá la potestad de enjuiciar si un profesor imparte correctamente sus clases.
- Se encargará de apercibir al profesorado por cualquier “incumplimiento de deberes y obligaciones” que no han sido especificados.

Para todo ello, no tendrá que rendir cuentas ante el claustro, degradado en mero órgano consultivo. Los profesores que han padecido el poder de un director despótico apreciarán el peligro de un nuevo Reglamento que los convierte en meros “operarios de aula” al arbitrio de los designios de su director.

Con el nuevo ROC, la organización de los centros sufrirá otros cambios relevantes:

- Los actuales departamentos didácticos (Lengua, Matemáticas…) se integrarán en cuatro grandes áreas de competencias.
- De ellos, las áreas más importantes serán las que responden del control ideológico y pedagógico del centro: el de Orientación y el de Formación, Evaluación e Innovación educativa.
- Este último departamento decidirá cuáles son las “buenas prácticas docentes” y tendrá la potestad de prescribirlas al profesorado.
- Los coordinadores de estas áreas, al igual que los jefes de departamento, serán elegidos por el director, sin criterio público y por cuatro años.

Este reglamento supondrá la mordaza definitiva para los docentes críticos, cuya situación laboral dependerá de un director cuasi omnipotente. Para los más dóciles, para los que renuncien de forma más servil a su criterio profesional, la administración (a través del director, su delegado en los centros) podrá retribuirle con gratificaciones: puestos de responsabilidad, autoridad delegada, cargos jerárquicos, reducciones horarias. No se escatimarán esfuerzos para premiar la servidumbre voluntaria.

Con la libertad de cátedra eliminada, los institutos dejarán de ser definitivamente lugares de profundización en el conocimiento para convertirse en una suerte de centros sociales especializados en desmeduladas “competencias básicas”. Como es obvio, los alumnos serán también seriamente perjudicados por esta situación. La diferencia entre los institutos privados y concertados y los institutos públicos se ahondará aun más. Las familias que deseen una formación rigurosa para sus hijos, imprescindible para su futuro laboral y su enriquecimiento personal, tendrán que pagársela.

El ROC, lejos de ser una terapia para curar a un paciente moribundo (nuestro sistema educativo) supone, al mismo tiempo, la eutanasia forzada y el maquillaje de su cadáver.

Hasta aquí el presente.

[Agradezco a la asociación de profesores PIENSA su útil síntesis del ROC, de la que he tomado, con ligeras modificaciones, algunos pasajes.]

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