martes, 21 de julio de 2009

Jamás encontrás una alegría
cuyo esplendor no sea, y su victoria,
de estrella errante y ave migratoria.
El himno se te quiebra en elegía,
criatura del exilio y la memoria.

2 comentarios:

andoba dijo...

Perecedero todo. Más las alegrías, que tan caras se venden.

Pero ya se sabe: si no hay contraste no hay percepción. ¿Es esa consciencia una condena o un regalo?

Francisco Sianes dijo...

Es.