Hay tardes enteras que ha pasado hojeando -sin apenas leer, por el entrañable placer de acariciarlos, olerlos, tenerlos cerca- los manoseados volúmenes de sus estanterías. Rara es la semana que ha dejado pasar sin escribir a mano una carta a un antiguo maestro, al que un día temió y hoy aprecia. Alguna vez, algún vecino curioso podría descubrirlo en ensimismada contemplación tras la ventana; podría acaso pensar que alguna melancolía lo aturde o acosa: él sólo escucha una música lejana o el calmado discurrir de sus ritmos interiores. Nunca un café se alargó como aquel que compartía con ella las soleadas e infinitas mañanas de domingo, a la sombra del árbol que plantara su abuelo. Nadie encontrará con más facilidad una excusa para interrumpir sus paseos por la playa en penumbra, tal como los interrumpía con ella, ahora que ella le falta. Jamás un latido ha durado tanto. Sin duda, observadores imparciales que nada saben ni quieren saber de él dictaminarían, con justicia, que ha perdido el tiempo. Él, si tuviera el valor de contestar, sin exigirles comprensión y con no menos justicia, sostendría que ha ganado una vida.
6 comentarios:
se agradece el refresco con este bochorno
An de mis entretelas,
Eso te pasa por ser una chica como tú en un clima tórrido como éste.
Método alternativo para refrescarse (o no):
http://www.youtube.com/watch?v=DXAewxGeyTU&feature=related
la saliva refresca, eso está claro.
pero donde esté un buen pene de fresa que se quite un cucurucho de nata.
Annnnnnnnn,
Yo es que soy más del Frigopié y del Drácula...
¿Por qué ya no fabricarán, por cierto, el Tiburón y el Frigodedo? Dios... ¡qué viejuno soy! :'-(
jajajaja... no los fabrican ya?? recuerdo la lengua azul después de tiburón.
resiste frigopié!!
me parto con la verificación de la palabra: ansineso... qué guasa.
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