Promesa, fiebre, poesía, espigas sois del corazón valiente.
5 comentarios:
Anónimo
dijo...
¡Qué injusta la vida!
Vale que una, estudiante muy ocupada, no tenga tiempo ni para actualizar su propio blog. Pero lo que no vale, es que esa misma estudiante, pierda el tiempo que en apariencia le sobra en leer el blog que su antiguo profesor no se molesta en cambiar.
Estoy metido en mil historias profesionales y dispongo de muy poco tiempo libre. Además, no tengo internet en casa (aunque en enero probaré con un servidor que no sea Telefónica; a ver cuánto tardo en pelearme con ellos...).
Así que, cuando no estoy por esos mundos de Dios y descanso en casa, me dedico a leer y a escuchar música tranquilo (y exhausto).
Ya que prometí a Maribel (¿eres tú?) y a Cristina unas recomendaciones, te propongo que dediques el tiempo que pierdes en este páramo a leer un libro maravilloso (aunque un poco caro): "Los cuentos del padre Brown", de Chesterton (publicados por la editorial Acantilado): ¡qué agudo y divertido era ese hombre!
Si no puedes pagarlo o pillarlo en una biblioteca, te recomiendo "El candor del padre Brown", que es el primer libro de la serie y es estupendo.
Lo cierto es que ahora tengo mil (y uno) libros sobre construcción que leer. En Enero son los examenes (por cierto que quizás me pase por el insti un diilla) y me quedan unas navidades muy bonitas (encerrada en casa, delante de la chimenea, estudiando Física...).
Me alegra que por una vez, dudes de la autoría de un anónimo mio. :)
Saluditos, señor ocupado!
(¿Tú no sabes que la vida del estudiante es "muuu" cara chiquillo? ¿Cómo me vas a recomendar un libro asi? Lo buscaré en bliotecas, y si no lo encuentro, tendré que comprármelo... Quizás le diga a Papá y Mamá Noel que se pasen por las librerias este nuevo año...)
Hay tardes enteras que ha pasado hojeando -sin apenas leer, por el entrañable placer de acariciarlos, olerlos, tenerlos cerca- los manoseados volúmenes de sus estanterías. Rara es la semana que ha dejado pasar sin escribir a mano una carta a un antiguo maestro, al que un día temió y hoy aprecia. Alguna vez, algún vecino curioso podría descubrirlo en ensimismada contemplación tras la ventana; podría acaso pensar que alguna melancolía lo aturde o acosa: él sólo escucha una música lejana o el calmado discurrir de sus ritmos interiores. Nunca un café se alargó como aquel que compartía con ella las soleadas e infinitas mañanas de domingo, a la sombra del árbol que plantara su abuelo. Nadie encontrará con más facilidad una excusa para interrumpir sus paseos por la playa en penumbra, tal como los interrumpía con ella, ahora que ella le falta. Jamás un latido ha durado tanto. Sin duda, observadores imparciales que nada saben ni quieren saber de él dictaminarían, con justicia, que ha perdido el tiempo. Él, si tuviera el valor de contestar, sin exigirles comprensión y con no menos justicia, sostendría que ha ganado una vida.
5 comentarios:
¡Qué injusta la vida!
Vale que una, estudiante muy ocupada, no tenga tiempo ni para actualizar su propio blog. Pero lo que no vale, es que esa misma estudiante, pierda el tiempo que en apariencia le sobra en leer el blog que su antiguo profesor no se molesta en cambiar.
"Jo, que triste".
Hola, alumna anónima.
Estoy metido en mil historias profesionales y dispongo de muy poco tiempo libre. Además, no tengo internet en casa (aunque en enero probaré con un servidor que no sea Telefónica; a ver cuánto tardo en pelearme con ellos...).
Así que, cuando no estoy por esos mundos de Dios y descanso en casa, me dedico a leer y a escuchar música tranquilo (y exhausto).
Ya que prometí a Maribel (¿eres tú?) y a Cristina unas recomendaciones, te propongo que dediques el tiempo que pierdes en este páramo a leer un libro maravilloso (aunque un poco caro): "Los cuentos del padre Brown", de Chesterton (publicados por la editorial Acantilado): ¡qué agudo y divertido era ese hombre!
Si no puedes pagarlo o pillarlo en una biblioteca, te recomiendo "El candor del padre Brown", que es el primer libro de la serie y es estupendo.
Un abrazo y suerte con las notas.
Ah, y otro abrazo para los pacientes lectores de este blog.
Os recuerdo con mucho cariño.
Te esperaremos en cualquier caso. Regresa a tu casa cuando quieras. Besos vigía.
...
Lo cierto es que ahora tengo mil (y uno) libros sobre construcción que leer. En Enero son los examenes (por cierto que quizás me pase por el insti un diilla) y me quedan unas navidades muy bonitas (encerrada en casa, delante de la chimenea, estudiando Física...).
Me alegra que por una vez, dudes de la autoría de un anónimo mio. :)
Saluditos, señor ocupado!
(¿Tú no sabes que la vida del estudiante es "muuu" cara chiquillo? ¿Cómo me vas a recomendar un libro asi? Lo buscaré en bliotecas, y si no lo encuentro, tendré que comprármelo... Quizás le diga a Papá y Mamá Noel que se pasen por las librerias este nuevo año...)
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