Siempre me atrajo mucho más la cólera de Pentesilea y su amor desgarrado, su lucha encarnizada contra ella misma, debatiéndose entre su deber y el amor que acabó profesando al chulazo de Aquiles, que la insulsa de Helenita, con tanta florecilla en el pelo a lo Power Flower. Pues que se hubiera ido a Eivissa.
Sisi, pelín masoquista he salido.
Al que le tengo verdadera envidia es al Schliemann, más que por descubrir la mítica ciudad, por no cesar en su empeño, pese a tenerlo todo en su contra. Por seguir confiando en su instinto. ¡Grande el Schli!.
Uno de los Últimos Mohicanos.
Seguiré leyendo, poco a poco, que a vouce cuando le dan cuerda... ni el pájaro loco, Ozú ;)
Elena, me encanta la imagen. Soy una hippy sin remedio. Ahora que con la crisis, parece ser que nos vamos a quedar en la calle todos, es una muy buena opción.
http://es.youtube.com/watch?v=5TLmWLl7IZM
Por ahí estoy, sólo se me ve un poco y de espalda a la cámara.
Hay tardes enteras que ha pasado hojeando -sin apenas leer, por el entrañable placer de acariciarlos, olerlos, tenerlos cerca- los manoseados volúmenes de sus estanterías. Rara es la semana que ha dejado pasar sin escribir a mano una carta a un antiguo maestro, al que un día temió y hoy aprecia. Alguna vez, algún vecino curioso podría descubrirlo en ensimismada contemplación tras la ventana; podría acaso pensar que alguna melancolía lo aturde o acosa: él sólo escucha una música lejana o el calmado discurrir de sus ritmos interiores. Nunca un café se alargó como aquel que compartía con ella las soleadas e infinitas mañanas de domingo, a la sombra del árbol que plantara su abuelo. Nadie encontrará con más facilidad una excusa para interrumpir sus paseos por la playa en penumbra, tal como los interrumpía con ella, ahora que ella le falta. Jamás un latido ha durado tanto. Sin duda, observadores imparciales que nada saben ni quieren saber de él dictaminarían, con justicia, que ha perdido el tiempo. Él, si tuviera el valor de contestar, sin exigirles comprensión y con no menos justicia, sostendría que ha ganado una vida.
7 comentarios:
Siempre me atrajo mucho más la cólera de Pentesilea y su amor desgarrado, su lucha encarnizada contra ella misma, debatiéndose entre su deber y el amor que acabó profesando al chulazo de Aquiles, que la insulsa de Helenita, con tanta florecilla en el pelo a lo Power Flower. Pues que se hubiera ido a Eivissa.
Sisi, pelín masoquista he salido.
Al que le tengo verdadera envidia es al Schliemann, más que por descubrir la mítica ciudad, por no cesar en su empeño, pese a tenerlo todo en su contra. Por seguir confiando en su instinto. ¡Grande el Schli!.
Uno de los Últimos Mohicanos.
Seguiré leyendo, poco a poco, que a vouce cuando le dan cuerda... ni el pájaro loco, Ozú ;)
Nosotros somos :)
PD: Y ahora sube, que nos vamos!!!
http://i22.photobucket.com/albums/b332/pdrsuzuki/Imagen015.jpg
Besitos isleños ;)
http://i22.photobucket.com/albums
/b332/pdrsuzuki/Imagen015.jpg
Uy, que pensé que se refería a Helena de Troya, pero ya puestos, nos vamos a las pitiusas.
Me pido Cabrera, no tendré que explicar por qué, imagino :D
Jajaja...
Annabel, a las pitiusas nos vamos, te guste o no, en esta ;)
http://www.eryptick.net/oz2002/kuranda/flower-power-020716.jpg
Saludos!!
jajajaja... mejor en la camioneta! más versátil y colorida que la moto. jajaja
así sea. buen viaje.
:)
Elena, me encanta la imagen.
Soy una hippy sin remedio.
Ahora que con la crisis, parece ser que nos vamos a quedar en la calle todos, es una muy buena opción.
http://es.youtube.com/watch?v=5TLmWLl7IZM
Por ahí estoy, sólo se me ve un poco y de espalda a la cámara.
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