domingo, 13 de noviembre de 2011

Tócala otra vez

En un pasaje de su autobiografía dedicado a sus estudios universitarios, relata Savater cómo un amigo y él aunaban esfuerzos para desentrañar los ininteligibles tratados hegelianos. Después de varias semanas de intentos infructuosos, su amigo, enfrascado en uno de los indóciles tomos, soltó una aliviada exclamación. El joven Savater se precipitó sobre su compañero: ¿Qué: entiendes algo? Éste, admirablemente, respondió: No, hombre: ¡tanto no! Pero ya le voy pillando la música...

Pienso que algo parecido me sucede a mí. Tras reiterados tanteos, exaltaciones y zozobras, acaso entiendo insuficientemente a las mujeres; pero, qué duda cabe, les voy pillando la música.

5 comentarios:

JML dijo...

A casi todo le pillamos la música, y sólo la música. Ya es algo. Intelectual y emocionalmente no pasaremos nunca de melómanos. Lo malo es que con los años uno va perdiendo oído...

Saludos, amigo Sianes

Francisco Sianes dijo...

Querido JML,

Yo no diría tanto que vamos perdiendo oído como que perdemos el gusto por la música. Un treintañero Albert Camus apuntaba que envejecer es pasar de la pasión a la compasión. Una apreciación generosa. Sería justo añadir que envejecer es pasar de las ganas a la desgana, del entusiasmo a la tibieza (cuando no a la frialdad).

Aunque un poco sordo sí que lo veo, desde que suprimió la posibilidad de comentar su blog. Echo de menos aquellos intercambios. No me sea tan arriscado, hombre...

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Mientras que vayáis perdiendo oido, y no aceite...la cosa todavía todavía tiene remedio.

Francisco Sianes dijo...

¡Como si uno quisiera un remedio!

An dijo...

jajajaja