viernes, 16 de octubre de 2009

Rumbo

Oh huésped de la vida, fragilidad y obstinación a la deriva para quien todo llega y huye pronto o demasiado tarde: a las encrucijadas de la duda, opón el índice de la pasión y el timonel de la memoria; al emborronamiento de los truenos, ofrenda la caligrafía del rayo en la bitácora del universo. Hoy nunca es demasiado pronto. Vive.

2 comentarios:

Sonsín dijo...

Lo encontré.Estaba leyendo algunas de las cosas que publica y vi que tenía veintitres comentarios. Me llamó la atención y cuando lo leí comprendí el porqué.Me resulta curioso el cuidado que hay que tener para hablar de una manera "politicamente correcta" y cómo cada vez se buscan más y más eufemismos para decir las cosas más comunes, como la muerte, sin ir más lejos. Creo que cuanta más distancia se pretende a nivel "formal" menos seguridad en la propia opinión hay de fondo. No se si me he explicado, es que me resulta un poco complicado.
Este texto es precioso. Me recuerda a una frase que me dijo un amigo una vez que estaba triste: "Hoy es siempre todavía". Un abrazo!

Francisco Sianes dijo...

"Creo que cuanta más distancia se pretende a nivel "formal" menos seguridad en la propia opinión hay de fondo. No se si me he explicado, es que me resulta un poco complicado."

Alto y claro, amiga. Excepciones hay; pero estoy de acuerdo. La "corrección política" es uno de los síntomas más desagradables de nuestras sociedades infantilizadas y plebeyas. Hoy nada se acepta con menos violencia que las valoraciones sin paños calientes: "Fulano es feo", "Marisa está gorda", "Los sicilianos son gritones e inciviles", "Tu hermano es más simpático que tú" o "Perico la tiene más grande". Consignas como que la inteligencia, la belleza y el tamaño (y la pericia) no importan son significativos corolarios del histerismo que ataca a quien se sabe menos en algo y no tiene la gallardía de aceptarlo. ¡Qué descanso supondría para el mundo que todos acabáramos idiotas, adefesios e impotentes!

***

Cierto: no recordaba ese verso cuando escribí el texto; pero a su amigo y a mí nos gusta don Antonio Machado.

Un abrazo.