No puedo disfrazarme de nada más pavoroso, de nada que violente más mi naturaleza, que de aquél que ha dejado de amarte y a quien tú ya no amas. Y, sin embargo, aquí la máscara sobre la risa desalojada, la capa amortajada cubriendo el pecho exangüe en la noche interminable y hueca de Todos los Santos.
sábado, 31 de octubre de 2009
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2 comentarios:
niñooo, pa disfrazarse de eso mejor desnudarse!!!
Menos mal que he aprendido a encontrarte, a necesitarte, entre tanta máscara.
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