A través de los amplios ventanales de su despacho casi en sombra, el notario repasa los contornos consuetudinarios, la agitación balbuciente de su ciudad. Maquinalmente satisfecho consigo mismo, sabe que ha logrado domeñar un nuevo día, que nada ha perturbado (ni perturbará) su sereno imperio sobre el orden de las cosas. Apenas logra reparar en la tormenta que se anuncia en lontananza (tan tibio es el sillón en que se mece); en la disputa turbia de los manifestantes, allá abajo (qué lejana). Podría, sin embargo -bastaría con afilar la voluntad y dirigir la vista al lateral del edificio-, detenerse en la pintada de un rojo desvaído (Ne travaillez jamais), que el sol despierta y ensangrienta en su trayecto hacia el ocaso; en el compromiso que él mismo trazó (aquí abajo) hace hoy justamente veinte años.
jueves, 20 de agosto de 2009
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2 comentarios:
A través del foro de Apia, cuando era un foro libre, ya no entro y, además no me dejan registrarme, es posible que sea por mi alias, Dolmancé, A la moderadiora no le gusto.
Lo que escribes me mueve dulcemente.
Eurídide.
Los "purgados" hemos creado un foro alternativo. En él, no tendrás problemas para registrarte y participar en libertad.
http://www.foros.laviaapia.org/index.php
Desmintiendo a Eurídice, quizá las profesoras (si lo eres) sí tengan una segunda oportunidad.
Bienvenida.
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