Como se colige del relato del topillo (insisto en que el topo es real, no una amenazadora forma de mi fiebre), atravieso una época de cambios, viajes, estrés laboral y trastornos de personalidad. Escribo mucho en mis cuadernos, pero poco aquí.
Para conjurar mis demonios, he decidido hacer un experimento: he creado un blog heterónimo. En él, seré fiel al hombre que yo sería (yo, que tantos hombres he sido) si fuera lo que mi hermano, mi señora esposa y muchos amigos, conocidos y saludados son: un progre melancólico. Este espécimen es una mezcla de nostalgia narcisista, compulsión viajera y fervor utópico (vertiginosamente inconcreto); en suma, un tipo que no está nunca en casa: en el presente. Un ejemplar que zascandilea con la gramática de la poesía, ignorando la poesía de la gramática (de ahí su afición a los juegos de palabras y las conversaciones etéreas, su culto a los payasos y los vagabundos, el vicio por los amores imposibles, los trucos de magia, las revoluciones -en otros países-, Montmartre en cinemascope, las letras minúsculas, un Rimbaud que es el Ché que es Jim Morrison, la improvisación, el jazz, los puntos suspensivos... los cigarrillos... el humo...). Espíritus superficiales, pero seductores. Niños grandes.
Así que actuaré como si me gustaran el Bolaño más etílico y el Cortázar más cronopio y "colgaré" (durantes unas semanas y de tanto en tanto, nomás) textos breves, fotos y vídeos musicales on the rocks. Y fiebre y lanza y baile y sueño. ¿Me convertiré en un seductor grunge, a mi pesar? Vosotros, hermano, señora esposa, amigos, conocidos y saludados diréis si gano con el cambio.
(El blog se subtitula: Memorias de un Adriano. Conviene aclarar que los Sianes somos los, así llamados desde antaño, Adrianos http://desmemoriasdeadriano.blogspot.com/)
19 comentarios:
... yo tendria que tener varios blogs... el que tengo ni me resume ni define ninguna de mis personalidades... termina resultando ser otro de mis yoes.
A ti no hay quien te pille quieta, sinvergüensssa.
"Yo, que tantos hombres he sido, no he sido nunca aquél en cuyo abrazo desfallecía..."
(¿Ves como te encantan los puntos suspensivos? ¡Ves! Ay, si es que os tengo calaítos...) :-)
No deje vd. de ser, amigo Sianes, pero no se olvide de lo que ya es. No convierta la identidad en un espacio tan líquido como su río heterónimo...
Y cuidado con lo que desea, no vaya a encontrarse con Matilde Urbach
Saludos y suerte en su nueva empresa
Hermano, le había escrito otro comentario exquisito, pero me lo volvió a borrar. Se ve que esa nueva censura que usted ha introducido va destinada a acabar con mis más acertadas observaciones... Realmente habría disfrutado como un niño leyéndolo. La rabia me corroe en este momento. Le dejo un beso y espero me vuelvan las ganas de reescribirla.
Lo que deberíamos temer (más que a una vara verde), amigo J., es encontrarnos con la madre de Matilde.
Procure tener también cuidado con quien le desee.
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Sandmann,
[Copie los textos antes de intentar publicarlos, si son muy largos. Quizá solvente el problema publicándolos en dos comentarios.]
Recuerde a aquel viejo profesor, al que sus compañeros llevaron a un burdel de lujo el día que celebraran su jubilación. El tipo, con los pantalones por las canillas, se mantenía impertérrito ante una aplicada y arrodillada señorita; pero, aunque la chica se esmeraba, no había manera de que aquello...
En resolución, que el profesor la conminaba con un educado: "Insista, señorita, ¡insista!".
Pues eso mismo: insiste, caballerete, insiste.
***
Por cierto: lo del blog paralelo es una "boutade". Un juego rayuelesco en el que no descarto incluir, sin embargo, alguna maliciosa travesura.
Me alarma que me crean capaz de semejante derroche de espíritu "grunge"... :-S
¿La madre de Matilde, dice? Uf... ¿A qué remontarse tanto? podemos ser todos los hombres, pero no podemos ser nuestro pasado.
Además ¿para qué queremos una carabina?
Seguiré su consejo. Para empezar, mantendré a raya mis deseos.
Jajaja...eres una risa y un super piquetas, querido hombre de mirada perdida en el mar.
Besos con puntos suspensivos infinitos... :)
(Reedición que no dejará de ser sino un pastiche de un exquiso comentario pretérito. Por cierto, léase con sarcasmo, nunca con piquerío, querido piquetas!)
Ay hermano hermano... si es que le rebosan los lugares comunes con un tufillo que quizá pase desapercibido para su elegante apendice nasal, pero no así para nosotros, progres melancólicos. Parafraseándole le diré un "innove hombre, ¡innove!".
Lo que más me sorprende sin embargo es constatar que, de esa heteróclita y tautológica lista, probablemente usted cumpla más puntos que muchos de nosotros! Y si no, hétenoslo ahí apuntando rigurosamente el precio de los capuccinos que toma en las terrazas de Montmartre, impostado barrio que yo nunca pude soportar.
En lo que a este Sandmann compete, detesto por igual a Jim Morrison y a los revolucionarios: ni la mescalina ni los mordiscos de rata acorralada me sirven de salida para eso que me late dentro. Los payasos han pasado de darme miedo a provocarme cierta repulsión -aunque no le negaré que ciertas fotos en blanco y negro de estos tristes partenieres me provocan algún asombro-. Los vagabundos me gustan cuando lo son por elección vital, los amores imposibles me gustan cuando lo son por elección vital, y los puntos suspensivos me gustan... cuando lo son por elección vital... (por favor, no nos metamos con los respectivos tótemes...).
Sin embargo en esa su cuestionable biblioteca que afablemente nos invita a quemar, encontramos románticos de la talla de Hugo (porque olvidó usted un lugar común, y es que a los saudáticos nos da por mencionar a los clásicos por su "otro" nombre: Hugo, Sir William, Don Pío), encontramos al Jorge Luis más melancólico (¿ve, Fran? ¿ve? por su otro nombre!), o esa habitación del suicida que de tan saudática me instó a ir a comprar el libro al instante. Sólo le faltó a usted algo de la insoportable levedad del ser para hacer su lista aún más insoportable (jajajaja) o algo del nerudiano confieso que he dormido.
En fin hermano, que es usted el primer progre melancólico, hombre! Si en éste su abigarrado blog la mayoría de las entradas están dedicadas a criticar o ensalzar la saudade. Si es que éste su blog es una efigie al ser saudático! ¿De verdad cree necesario hacer otro en el que lo que le es natural se torne impostura?
Abrace la saudade, venga con este grupo de espíritus seductores que le tenemos conquistado el corazón. A la derecha su hermano, a la izquierda su señora esposa, sempiterna esa exquisa rupi, y toda la plétora de lectores inexquisos que sostendrán su cuerpo cuando dé el salto. Venga hermano, venga con nosotros y acepte su condición de melancólico al que le jode serlo... Nosotros lo abrazaremos igual, porque en el fondo sabemos que hace ya tiempo que es uno de nosotros...
P.D: Y recuerde siempre que "todo lo que se escribe en estos tiempos y que merece la pena leer está orientado hacia la nostalgia". Que ya lo dijo nuestro querido Julio!
Sianecius me deja de piedra. Es usted el más progre de los progues posible. No necesita heterónimo pues aquí se le ve el plumero (incluso a veces la pluma, dicho esto con homonimia galopante). Seguro que incluso ha ido a ese cementerio parisino donde... (pues tome puntos suspensivos).
A propósito de Matilde Urbach:
http://es.geocities.com/juanbonillaweb/matilde.htm
Uf, los deseos... el veradero Río de Heráclito...
Ya os contestaré en cuanto tenga tiempo, canallas...
He vuelto. Gracias!!!
Amigo J.,
No podemos ser (felizmente) nuestro pasado. Procure al menos que su frecuentación de las Matildes y -ay- las madres de las Matildes le permitan llegar a ser su futuro.
(Y haga caso a Nietzsche: no olvide el látigo)
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Elena,
Preparo una serie de "miradas al infinito" que hará época.
(La próxima vez me besas con el punto G)
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Ana,
Pero mi río tiene truco: cualquiera puede moj... bañarse en él cuantas veces lo desee (o lo permita la inclemencia de los/mis años).
En cuanto al enlace: tiene usted una cara de Matilde que (a mí me) da miedo...
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No incurriré en la inelegancia de descubrir lo que a usted se le pone de piedra cuando piensa en ponerse las botas, señor Calzado (obsérvese la contigüidad semántica), con este plumífero.
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Querido hermano ("hipócrita lector, mi prójimo"),
No sólo anoto el precio de los cafés de Montmartre, sino de todas las ciudades por las que viajo. Descarte usted toda compulsión romántica: es pura racanería (muy propia de los progres, por cierto) y material para mi blog polisémicamente "alternativo".
De su recapitulación de pasiones no tengo nada que comentar: es usted un incorregible veleta del "culo veo, culo quiero" y no descarto verlo incurrir en nuevos desatinos. Mi sensata influencia de razonable hermano mayor ha resultado -ay- inútil. Sólo un consejo: procure que los amores imposibles lo sean por "libre erección".
Sepa usted que el nombre de Hugo es Victor (a no ser que me hable de Hugo Boss, tan del gusto de pijiprogres; yo sólo uso Nenuco o Denenes Gu-gú, para horror de las temerarias que se me acercan). Y ya sabe que, en las lecturas, conviene leer tragedias cuando uno es feliz y comedias cuando uno es desdichado. Además: al mester de progresía (como al sexo débil) se lo perdono todo, a condición de que haga ese todo con talento.
Hermano: como decía el otro, nunca formaría parte de un club que me aceptara como miembro (ni me amancebaría con una mujer que me aceptara por mi miembro).
P.D.: Todo lo que se escribe en este tiempo y que merece la pena leerse es lo que escribo yo. Desengáñese, si algo tengo de progre es que sólo me escucho a mí mismo. La autorreferencialidad y la onfaloscopia son, ay, atributos universales.
Abrazos cariñosos.
[Pero, ¿no quedamos en que era yo un ultraconservador, un neocon, un fachoso sin remedio?]
No fastidie, Fran :(
Naaa...
Tienes aspecto de lo que eres: una mujer encantadora. :-)
(Y no me pongas esas caras de tristeza, mujer, ¡que soy yo "mu sentío"!)
Hermano, sólo una pequeña aclaración, hombre. Cuando decía "por su otro nombre" no me refería a nombre por contraposición a apellido, sino al nombre que no es comúnmente usado: Jorge Luis por Borges, Pío por Baroja, o en el caso de Victor Hugo, ya que su nombre y apellido van siempre juntos (como Poncio Pilato) pues por Hugo.
No me tenga usted por un cenutrio!
P.D: Y no es que sea un veleta, es sólo que la perezosa ausencia de principios y convicciones me vuelve más sensible a la condición axial de la vida.
Querido Fran,
Por supuesto coincido enteramente con tu hermano, mi entrañable Antonio, y con Davidín: el progre melancólico que describes (por otros llamado "poeta aburrío") es un fiel retrato de tu persona. Pero claro, te faltó aclarar su principal virtud. Dado que este perfil no carece de inteligencia y sentido estético, tiende por naturaleza a huir del prototipo al que pertenece y que llega a observar desde la barrera como a un espectáculo entre burlón y patético. Sabe cómo se ve y no le gusta aborregarse. Intenta destacar por su originalidad y por la autocrítica explícita y simpática; no abandona los tópicos (porque no puede), y tiende, una y otra vez, a refugiarse en cafés parisinos donde las mujeres visten con boinas y las paredes se cubren de fotos de otros tiempos.
Fran querido, huyes tú también de tu nostalgia haciéndonos reír? A veces, cuando te leo, descubro una melancolía mal disimulada y, otras veces, cuando te miro, todas las vidas que no fuiste y que has sido pasan como un rayo hasta tu pluma.
Disfruten los lectores del nostágico disimulado, y déjame que yo pueda ser testigo, en un segundo plano, de esos instantes vivos en que el sentimiento cristaliza en literatura. No hay nada más bello que conocerte en la intimidad del hombre de destino admitiendo su carácter.
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En fin, pequeño Fran, que eres un progre melancólico de los de libro. Y lo mejor de todo: tú lo sabes...je.
Rupi.
No, triste no, pero Matilde tampoco, jaja. Besote encantador.
Me alegra muchísimo que haya decidido volver, Sonsín. Me encanta pasarme por su blog, contemplar su sugerente obra y recordar las buenas lecturas que recomienda.
Un abrazo.
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Si es que esta Rupi...............
:-)
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