lunes, 16 de marzo de 2009

El pan nuestro de cada día (1)

Política.

¿Dónde encontrar hoy Ulises que arrostren ese ogro filantrópico? No en las aulas de los institutos. Cuando, incidentalmente, aparece este asunto en mis clases de bachillerato, la respuesta de mis alumnos es, aunque esperada, desalentadora: los jóvenes, dicen, pasan de la política. Es difícil hacerles comprender que no se trata de una opción viable. Lo sabía Aristóteles: el hombre socializado es, constitutivamente, político; y pasar de la política es, por supuesto, una opción política.

Pero, ¿qué es la política?. ¿Ese dinamismo de los crímenes? ¿El arte de hacer felices a los pueblos? ¿Esa pesadilla de la que nunca despertamos? ¿El arte de enriquecerse a costa del contribuyente? Definiciones de grandilocuencia romántica o coqueto cinismo que condicen mal con nuestro amodorrado tiempo.

Atendiendo a lo que vemos en la tele, podríamos sostener, sin injusticia, que la política (como los cómics de superhéroes, como los videojuegos, como la vida marital, como las películas porno) se ha convertido en una sucesión de insípidos tiempos muertos que el cliente padece con impaciente desinterés, hasta que sus protagonistas (profesionales estereotipados, infatigables, monomaníacos) deciden (nunca tardan) darse caña.

15 comentarios:

Francisco Sianes dijo...

En una maniobra propia de un analfaburro informático, me he cargado las nueve píldoras políticas que seguían a ésta. Ya veremos si tengo tiempo y ánimo de reconstruirlas.

(Habrá que ver a cuánto están dispuestos a pagarme la clase mis particulares clientes)

Idea dijo...

Francisco, como bien señalaste es una falacia pensar que se puede ser "apolítico". Tal vez la tentación de pensarlo radica en la alarmante imagen que proyectan muchos de los hombres y mujeres que han hecho de la práctica política su oficio o quizás en la ideología de la que son exponentes.
Te pagaremos ¿cuánto?

Francisco Sianes dijo...

Idea,

Como había comentado ampliamente en el texto perdido, estoy muy lejos de responsabilizar a los políticos. Los gerifaltes sólo tienen poder en virtud de que los ciudadanos (con nuestro entusiasmo, nuestra aquiescencia, nuestra indiferencia, nuestra docilidad, nuestra cobardía...) los apoyamos.

Ejemplos tópicos, pero sintomáticos: Hitler apoyado por (buena parte de) Alemania, Stalin apoyado por (buena parte de) la URSS; la España franquista; la Cuba castrista; la Corea y la China de hoy; Venezuela dando carta blanca a Chávez; EEUU eligiendo y reeligiendo a Bush; Omar Hassan al Bashir, acusado de crímenes contra la Humanidad, expulsando oenegés de Sudán, con aclamacíón del "pobre pueblo oprimido". Y un largo etcétera que abarca toda la historia.

¿Pagarme?

¿Te parece poco pago verte de nuevo por aquí, amiga?

Nada, nada, a ti te lo dejo gratis.

(Prometo intentar animarme; ¡pero me cuesta tanto reescribir lo ya escrito!)

Un abrazo.

doscontratres dijo...

Estoy de acuerdo con la imposibilidad o estupidez de ser apolítico. Pero me niego a dedicar tiempo a todo lo que hoy en día es llamado política. No me interesa la carrera de estupidez, maniqueísmo, pensamiento único, infantilismo e hipocresía llevada a cabo por los supuestos servidores públicos.
Identificarse con algo tan falaz o tan simplista como el arquetipo que hoy se atribuye a la izquierda o a la derecha me parece un suicidio intelectual. Me reconocerá usted que el debate político en España es para temblar después de llorar.

Ánimo con los bits perdidos.

Francisco Sianes dijo...

Por supuesto, Doscontratrés.

¿Quién duda de que nuestros políticos profesionales son (salvo escasísimas excepciones) trepas indesmayables, surtidores de demagogia enamorados del poder, intelectual y éticamente escuálidos, técnicamente incompetentes y todo lo que deseemos añadir?

Lo que sostenía en uno de mis "trabajos de amor perdidos" es que no son, ni más ni menos, que el reflejo especular de la sociedad que los encumbra.

Dicho en plata: supongamos que el actual presidente Zutano y el futuro presidente Mengano (y toda su patulea) son unos corruptos, unos incapaces o ambas cosas. ¿Quién los ha puesto ahí? El "sufrido pueblo". Tenemos, en suma, lo que queremos y apoyamos.

¿Veo alguna solución radical? Claro que no. A no ser que seamos bendecidos con una masiva plantación de vida inteligente en nuestros cerebros.

Ahora bien: no defiendo el "derrotismo". También en el infierno de la política, como en el dantesco, hay círculos. Por la cuenta que nos trae, por mera supervivencia, más nos vale procurar (a quienes consideremos que en el infierno cotidiano habitamos) mantenernos en el círculo más cercano posible al Purgatorio. Que Paraísos, por supuesto, sólo quedan los perdidos.

Un cordial saludo.

Anónimo dijo...

Francisco Sianes, acusa usted al pueblo analfabeo de apoyar aquello a lo que está obligado obedecer.

Pongamos, como usted, un maravilloso ejemplo. En plena Guerra Civil Española, sí podías sublevarte y apoyar aquello que definías como correcto; eso sí, que te llevaras un buen guantazo, y una manta de palos y corrieras el peligro de perder, además de tu vida, a tu mujer y a tus hijos, era algo seguro. ¿Qué harías? ¿Qué haría usted cuando la Guardia Civil entra en su casa por la fuerza en plena madrugada para llevarse el poco trigo sembrado, comida de sus hijos? (Claro, usted diría: "No, no, es que yo soy apolítico". Y a tu mujer que llora: "No hija, es que no es culpa mía, ¡yo no voté a Franco!").

No dramaticemos.

Le hablo ahora de educación, ya que a ésta debe su vida. ¿No cree acaso que el pueblo NO ENTIENDE de nada por culpa de los gobiernos? Los planes de estudio son cada vez más deficientes (¡usted sabrá!), el consumismo mayor, y la cultura...¡eso ya es un concepto anticuado!

Políticos corruptos siempre los ha habido, y siempre los va a haber. Yo no los apoyo, pero sí me pongo en su lugar y entiendo la situación (ya decía Ortega y Gasset que todo pensamiento dependía de una circunstancia, y de un punto de vista): ¿Qué harías si tuvieras la oportunidad de ganar unos milloncitos de más por hacer ojos ciegos en un desbanco? ¿O por aceptar el urbanismo en una zona verde? Tus hijos van a comer tranquilo, vas a darle a tu mujer un par de caprichitos, y tú vas a tener todo lo que siempre has deseado. No me mueve el poder (si lo hiciera, ya estaría estudiando Ciencias Políticas), pero entiendo a quien sí.

En fin...que por si no ha quedado claro: la política (como dices) no es un reflejo de la sociedad; más bien, la sociedad es lo que la política quiere que sea.

Y nada, que yo no le pago, ni le "hago la pelota": si quiere dinero, metase en política, que con la facilidad de palabra que tiene, en poco lo vemos en la Presidencia (y a ver qué tal baila allí).

Un abrazo!

Si no estabas enfadado ya conmigo, ahora seguro que sí. :)

Anónimo dijo...

Se me había pasado esto:

Francisco Sianes dijo... "¿Veo alguna solución radical? Claro que no. A no ser que seamos bendecidos con una masiva plantación de vida inteligente en nuestros cerebros."

¿Veo alguna solución radical? Claro que no. A no ser que seamos "bendecidos" con una masiva plantación de vida inteligente en nuestras mujeres por Francisco Sianes.

Ea, ya.

La anónima de antes.

Francisco Sianes dijo...

Anónimo (¿por qué se dirige a mí como si me conociera, pero anónimamente?),

"Francisco Sianes, acusa usted al pueblo analfabeo de apoyar aquello a lo que está obligado obedecer."

Yo no he hablado del pueblo analfabeto. De hecho, quedan (al menos formalmente) pocos analfabetos en Occidente. Algo que, visto el resultado, nos llevará a lamentar (con José Bergamín) la decadencia del analfabetismo. Veamos como argumenta eso de que "el pueblo está obligado a obedecer".

"Pongamos, como usted, un maravilloso ejemplo. En plena Guerra Civil Española, sí podías sublevarte y apoyar aquello que definías como correcto; eso sí, que te llevaras un buen guantazo, y una manta de palos y corrieras el peligro de perder, además de tu vida, a tu mujer y a tus hijos, era algo seguro."

Mis críticas van dirigidas, ante todo a los países (más o menos) democráticos. Respecto a las dictaduras y países en guerra: el hecho de que desobedecer o rebelarse sea difícil (a veces extraordinariamente difícil) en determinados contextos no implica que el "odebiente" no pueda hacerlo. El obediente siempre elige obedecer. ¿Quién ha dicho que el ejercicio de la libertad fuera inocuo? Pero créame: nuestra docilidad no la entregamos siempre al precio de la vida. No ya sólo en las dictaduras, sino en buena parte del mundo, donde el "pobre pueblo" acude en masa a votar a aquellos políticos a los que, si hay que creer lo que dicen, tanto desprecian.

"¿Qué harías? ¿Qué haría usted cuando la Guardia Civil entra en su casa por la fuerza en plena madrugada para llevarse el poco trigo sembrado, comida de sus hijos? (Claro, usted diría: "No, no, es que yo soy apolítico". Y a tu mujer que llora: "No hija, es que no es culpa mía, ¡yo no voté a Franco!").

No dramaticemos."

Sí. Mejor no dramatizamos...

"Le hablo ahora de educación, ya que a ésta debe su vida."

Hombre... tanto como la vida...

"¿No cree acaso que el pueblo NO ENTIENDE de nada por culpa de los gobiernos?"

No, no lo creo. A no ser que uno entienda el Estado como un "deus ex machina" o una "Matrix" sin los cuales nos convertiríamos en deficientes mentales (es lo que piensan, o dicen pensar, todos los dictadores).

"Los planes de estudio son cada vez más deficientes (¡usted sabrá!)"

No seré yo quien reste importancia a un buen sistema educativo. Pero nunca he creído que un deficiente plan de estudios convierta al estudiante, necesariamente, en un deficiente mental.

"el consumismo mayor, y la cultura...¡eso ya es un concepto anticuado!"

Si a Fulana le pirra ir de compritas o a Mengano machacarse en el gimnasio (porque leer y pensar está desfasado) ¿no será que Fulana y Mengano son libremente ignorantes sin necesidad de culpar a papá Estado? Todavía no he visto a ningún político ponerme una pistola en el pecho para obligarme a comprar compulsivamente o hacer cien flexiones más (pero seguro que a Mengano le encanta ver a su Fulana vestida a la moda y a Fulana le "flipan" los musculitos de su Mengano).

"Políticos corruptos siempre los ha habido, y siempre los va a haber. Yo no los apoyo"

Vaya, tiene usted suerte de no "estar obligada" a apoyarlos. Créame: ninguno de sus compatriotas lo está. Muchos, incluso, los apoyan con voluntario y voluntarioso entusiasmo.

"pero sí me pongo en su lugar y entiendo la situación (ya decía Ortega y Gasset que todo pensamiento dependía de una circunstancia, y de un punto de vista)"

No sé muy bien qué tiene que ver ese apriorismo hermenéutico de Ortega con mis comentarios; pero, siguiendo con el bueno de don José, supongo que sabe usted lo que decía del "pobre pueblo"...

"¿Qué harías si tuvieras la oportunidad de ganar unos milloncitos de más por hacer ojos ciegos en un desbanco? ¿O por aceptar el urbanismo en una zona verde?!"

Corromperme. Y no digamos si una dócil becaria se arrodillara en mi despacho oval... Claro que, si yo hiciera tal cosa, no estaría obligando a que volviera a reelegirme en elecciones libres el pobre pueblo oprimido.

"Tus hijos van a comer tranquilo, vas a darle a tu mujer un par de caprichitos"

Sí. La separación y el divorcio.

"y tú vas a tener todo lo que siempre has deseado."

¿Mantener mi cuerpo sano, mi mente despejada y alejadas a mis ex-suegras?

"No me mueve el poder (si lo hiciera, ya estaría estudiando Ciencias Políticas), pero entiendo a quien sí."

Nunca es tarde, si la dicha es buena. Le veo futuro como demagogo, goga.

"En fin...que por si no ha quedado claro: la política (como dices) no es un reflejo de la sociedad; más bien, la sociedad es lo que la política quiere que sea."

Como "la política" y "la sociedad" son sintagmas vertiginosamente imprecisos, no tengo ni idea de lo que quiere decir. Ahora bien, si lo que sostiene es que los políticos profesionales manejan a su antojo a un ignorante "pueblo" (el 99,9% de la sociedad), desengáñese: es ese pueblo el que elige (o los acepta por indiferencia o dejación) a esos malvados políticos profesionales.

Mire. Hay dos opciones. Si un individuo es tan estúpido como para no darse cuenta de que los políticos lo manipulan alevosamente, de poco le va a servir el más refinado plan de estudios. Si sólo es medianamente estúpido (o incluso inteligente), no necesita un plan de estudios harvardiano para advertir la iniquidad de tan "malosos" políticos.

Nuestros políticos son un reflejo de lo que somos los ciudadanos. "Dime qué políticos gobiernan y te diré en qué sociedad vives", si lo quiere en refrán.

Piense en usted misma: ¿alguien la está "obligando" a apoyar a los políticos que la gobiernan, ir de compritas o salivar ante los músculitos de su Mengano?

(Dicho sea así, de pasada, la política no es sólo lo que "hacen" los políticos. Todos hacemos política constantemente: estamos condenados a ello -condenados a ser libres, que decía el bizco-.)

"Y nada, que yo no le pago, ni le "hago la pelota": si quiere dinero, metase en política, que con la facilidad de palabra que tiene, en poco lo vemos en la Presidencia (y a ver qué tal baila allí)".

Los tipos duros no bailan (y algunos blandos, como yo, tampoco).

"Si no estabas enfadado ya conmigo, ahora seguro."

(No me deberá dinero...)

***

[Si tiene otra vez deseos de dirigirse a mí con esas familiaridades, tenga la deferencia de firmar con su nombre. Entonces yo le contestaré sin (demasiadas) ironías.]

***

"¿Veo alguna solución radical? Claro que no. A no ser que seamos "bendecidos" con una masiva plantación de vida inteligente en nuestras mujeres por Francisco Sianes."

(¿Esto último es la manifestación de un proyecto político o la confesión de un deseo personal?)

Anónimo dijo...

Don Francisco, los políticos serían fiel reflejo de la sociedad en que viven si ésta estuviera viva, si el adjetivo "civil" aún fuese un noble blasón de independencia. No obstante, mucho me temo que no es así, y no porque el Estado adquiera la categoría de una "matrix-mater" todopoderosa, sino porque la sociedad española se encuentra estatalizada hasta las trancas. Poco a poco los españoles hemos ido cayendo en las redes de la subvención, el funcionarismo y la laxitud que procura la ausencia de mecanismos de control del poder político. Hasta que por fin nos hemos transformado en una suerte de "aciudadanos" políticos incapaces de reconocer qué fue antes, si el huevo de la manipulación y la ingeniería sociales o la gallina de la ignorancia y la servidumbre voluntarias.

Francisco Sianes dijo...

Dos Andrés,

Los políticos profesionales y los "ciudadanos" se desprecian entre sí... y ambos tienen razón.

El imperio del "hombre masa" ha triunfado. Sin paliativos. Creo, sinceramente, que sólo cabe luchar por habitar pequeñas ínsulas Baratarias a resguardo del chapapote que lo cubre todo. Microutopías. Caminar por esas sendas escondidas que ponderaban Heidegger y Fray Luis de León.

Ignoro si la marea negra llegará a cubrirlo todo, como sucedió en otras épocas infaustas; si no será siquiera posible una retirada a lo "Beatus ille".

En ello estamos, sin embargo.

Un cordial saludo y bienvenido.

Anónimo dijo...

"dios" no creo, pero la política está en todas partes.

disfrutemos aprendiendo a hacer nuestra propia política a sabiendas de que la responsabilidad es directamente proporcional a la libertad.

aceptemos que "el hombre" está(mos) en un limbo entre animal y "ser humano".
conozcamos el medio y adaptémonos a él.

si el fin justifica los medios yo me bajo en la próxima. el de al lado que haga lo que quiera.

y un abrazo, sin sofismos.

Francisco Sianes dijo...

Querida An,

El fin justifica los miedos.

Mientras llega, un abrazo socrático.

Maribel Calvillo dijo...

¡Holita!

Bueno, me había jurado a mi misma no volver a comentar por aquí, pero bueno, está comprobado que tus palabras son como una tentación...¡al suicidio!

"No en las aulas de los institutos. Cuando, incidentalmente, aparece este asunto en mis clases de bachillerato, la respuesta de mis alumnos es, aunque esperada, desalentadora: los jóvenes, dicen, pasan de la política. Es difícil hacerles comprender que no se trata de una opción viable."

Según mi obeso profesor de física esto es generalizar (y eso jamás se puede hacer cuando existe, aunque sea una, excepción). Según mi gran profesora de Historia, cuando algo no nos gusta, debemos reaccionar y quejarnos. Según mi antiguo profesor de lengua, los alumnos no reaccionamos ante nada.

Yo: ¿Te apetece una charla sobre política? Nosotros (ex-alumnos de bachillerato) procurábamos entender la política. Simplemente resultaba complicado: quienes leían el periódico (algunos) sabían que las noticias deferían del partido por el que se decantara cada periodista (igual que cada clase difería del partido por el que abogaba cada profesor). ¡Así no hay quién entienda! Y si se tiene poca voluntad, y encima no se entiende, pues se "pasa" de comprender.

Eso no quita que tuvieras alumnos fachas y rojos (eso, contando que no tenían siquiera conciencia de lo que significaba ser de un grupo u otro).

Y a mí mis profesores siempre me han enseñado que no es bueno hablar de lo que uno no tiene del todo claro (y eso no es pasar del tema, es pasar del profesor. Lo mismo es que no diferencias situaciones...).

Nota 1: De todo lo que se aprende aquí (de política, claro), me quedo con una frase que, creo yo, no he entendido muy bien: "Corromperme. Y no digamos si una dócil becaria se arrodillara en mi despacho oval... " [Lo que yo te diga, nada que ver dentro y fuera del aula...]. :)

Nota 2: (temerosa): ¿Estás muy ofuscado con el CSI? No había mala intención por parte de ninguno, lo juro. [Por lo menos no te debemos dinero como los anónimos...]

¡Un besito!

Anónimo dijo...

jajaja, que buena frase!

Francisco Sianes dijo...

Maribel,

La adjetivación que emplean los anónimos es, para mí, esclarecedora...

No tengo mucho tiempo para dedicarle al blog.

Sólo tiro de uno de tus hilos: el asunto de la "generalización". Seguro que tu profesor de física también os dijo (quizá "pasabais" de él) que, sin generalización, no hay pensamiento.

Si uno dice que los alemanes son más altos que los pigmeos, la generalización no queda invalidada por el hecho de que exista un pigmeo más alto que un alemán. Generalizar es, como se colige de la palabra, juzgar asuntos "en general". Esto es: "los alemanes son (en general) más altos que los pigmeos"; "las flores son (en general) bonitas"; "los amores (en general), inolvidables"; "las suegras (sin excepción), insufribles". Y así sucesivamente.

Respecto a la indiferencia (joven y adulta) por la política, me encantaría estar equivocado. Nos conviene a todos que lo esté.

Un saludo.

***

An,

:-)