martes, 10 de enero de 2012

Yo confieso

Si pudiera imaginarlo, podría hacerlo; luego no puedo imaginarlo.

2 comentarios:

Ángel Reyes dijo...

Como podía imaginar que podía hacerlo, hoy me he dado un chapuzón en su Río (ya sabe usted, la briega diaria en la arena educativa -y extraeducativa, que no es poca- no le deja a uno la serenidad de espíritu que su blog requiere).

Lo he pasado muy bien leyéndole de nuevo: risas, reflexión, confusión, y dusfrute con su exquisito verbo.

Pero no le halagaré, no, que ciertamente son más dañinos los halagos que los reproches.

Veo que últimamente usted ha optado por la brevedad. Que incluso se la ha impuesto, que está, según dice, cansado del medio...

Un fuerte abrazo, amigo.

Francisco Sianes dijo...

Querido Ángel.

Como sabía el poeta: nosotros (usted, yo), los de entonces, ya no somos los mismos.

Eso sí: sigo alegrándome infinito cada vez que lo veo por aquí (y por allá).

Le deseo toda la suerte del mundo (en lo educativo y, sobre todo, en lo extraeducativo).

Un cariñoso abrazo.