jueves, 4 de noviembre de 2010

¡Ay!

Ni el silencio ni el discurso (índices de serenidad): en estos tiempos apresurados, vertiginosos, precipitados, el aforismo es el último de los argumentos posibles.

Mañana, ¿la interjección?

8 comentarios:

Francisco Sianes dijo...

En respuesta a:

http://amanecelcantor.blogspot.com/2010/10/animal-de-carga.html

J, dijo...

Increíble con qué velocidad ha pasado vd. de engatusador a perplejo.

Después de la interjección sólo nos queda arquear la ceja.

Un saludo y gracias por su post dedicado.

Francisco Sianes dijo...

¿Velocidad? Le remito a algo por lo que me llevé más de un sopapo:

http://latorredemontaigne.blogspot.com/2008/05/precox-eyaculator-warholianus.html

Francisco Sianes dijo...

(Por otra parte, amigo J.: el aforismo es una historia inverosímil por otros medios. Cada fiesta requiere su máscara adecuada.)

Sir John More dijo...

Antes de la interjección igual habríamos de mirar la palabra de verificación, que últimamente me persigue con sus insinuaciones: ahí la tiene, "matedle"... Pero por el momento disfrutemos de esa vaguedad de martillo del aforismo, de la vagancia que lo sustenta... Suyo afectísimo.

Francisco Sianes dijo...

Sir,

Tiene razón: el aforismo es una pasión de perezosos. Pero no es menos cierto que cada declive de la sensibilidad tiene su molde pertinente. La malicia, la ironía, la incertidumbre se vuelcan bien en aforismos. La paz, en el silencio. La rabia, en reiterativas parrafadas. La sorpresa, el éxtasis concupiscente, en interjecciones.

Mi alegría de verlo de nuevo por aquí, en este abrazo. :-)

Lady Pirata dijo...

¡Qué afórica soy, joder!!

Francisco perdóneme por ser tan mal hablada, vos dijo que los aforismos se prestan a la incertidumbre y hállome en período incierto, cierto... en cualquier caso un placer leerte siempre :)

Francisco Sianes dijo...

[Vaya, esta entrada está trayendo de vuelta a comentaristas clásicos y añorados... :-)]

La incertidumbre tiene "su punto", milady: provoca ansiedad, pero abre caminos. Te deseo una buena travesía hacia lo incierto.

Me alegro de verte de nuevo por aquí.