Agustín García Calvo y su esposa, Isabel Escudero, leen sus poemas en La Carbonería, local con abolengo del centro de Sevilla. Asiste, entre un público unánime y vetusto, Francisco Sianes, quien -al fin de la velada- compra un libro de lecturas presocráticas e improvisa esta coplilla:
Recital poético
en La Carbonería:
los últimos pecios
de la progresía.
12 comentarios:
Señor o señora interrogativo o interrogativa,
Dos puntualizaciones:
1) He hablado de público "unánime", entre el que me contaba.
2) El artículo es un cariñoso homenaje (no sin un punto de ironía, que es -como sabe- la sal que hace comestibles los manjares de la vida y la literatura).
Dos estupefacciones:
1) ¿Leyendo un par de comentarios y VIENDO MIS FOTOS? Ignoraba que la mentira estuviera grabada -como la lujuria en otros casos- en mi rostro...
2) Uno tenía la candidez de pensar que la crítica ajena ponderada y la autocrítica constante eran atributos de la "izquierda". La realidad, infelizmente, me ha obligado a temer de la "izquierda" (a mí, que tanto la he defendido) el juicio sumarísimo y el presto fusilamiento. Lamento, sinceramente, su confirmación.
Una puntualización:
1) Sorprende encontrar, en una persona tan interrogativa, semejantes juicios apodícticos. O no sorprende.
Sea como sea, alguien interesado en los libros de García Calvo merece, en principio, todos mis respetos. Le o la invito a enriquecer, con sus críticas, este humilde espacio.
Un cordial saludo.
Y ya por pura curiosidad (que eso sí que -me consta- mi rostro lo delata):
¿Cómo ha dado usted con este artículo?
Pues ya puestos a criticar por criticar, a ver si la próxima vez avisamos con un poquito de antelación, hombre, que ustedes los que no tienen que aprobar dos cursos de ESO, sino que, al contrario, son los que dispensan los aprobados o las calabazas, tienen todo el tiempo del mundo para andar al loro de estos saraos, y no se acuerdan de nosotros, los pobres estudiantes de ESO... Várgame.
Estimado interrogativo o interrogativa (aunque, hasta donde sé, Flash Gordon es hetero),
Vayamos por partes, como es su costumbre y la del Destripador:
Enfadado resulto tan irresistible que es un espectáculo que tengo la delicadeza de ahorrar a las señoritas comprometidas. Eso sí: mi juventud me facilitará sin duda aprender a manejar la condescendencia y las verdades con su virtuosismo.
En cuanto a mi nada presunta egolatría, me creerá si le confieso que no pretendo tanto aparecer en los papeles como ser merecedor de revisiones tan exahustivas como la suya (¿no se nos pondrá celosillo el camarada Gordon?).
Le agradezco, por otra parte, que a mi "negligencia política" (no deseará que desarrolle una tesis en estos divertidos intercambios...) responda con estos ejemplos de pertinente reflexión estética y psicológica. En cuanto a mi énfasis, me declaro decididamente oracular (como el colega de Éfeso).
Y perdóneme el escrúpulo; pero le recomiendo no abusar de mi estilo ni de fastidiosos pleonasmos como "otro dato autobiográfico de usted". Todo lo malo acaba por pegarse.
Les deseo a usted y a su novio buena salud y que -esquivando con la pericia que les presumo mis énfasis y mi fotogenia- se pasen por la rivera más a menudo.
Ay, Sir John,
El recital fue hace un par de semanas. Si no avisé fue porque yo mismo fui avisado "in extremis" por una antigua alumna de Agustín. Para la próxima francachela te doy un toque y -si te viene bien- echamos un ratito.
Bueno, no sé, la verdad. Después de lo que he leído sobre tu presunta egolatría, sobre tu poco interés por la Verdad y sobre tu negligencia política lo cierto es que me pensaré muy mucho compartir un ratito contigo... ¡Y además partidario del énfasis oracular! Y yo pensando que eras un tío simpático. Bueno, me informas del próximo sarao, a ver si para entonces ha mejorado un poquito tu cartel, porque a mi mís padres me enseñaron que con individuos tan retorcidos y malvados como tú, oye, ni una cervecita. Un abrazo con mucha prevención...
Cuidadito, Sir, que contagio. ;)
¡La exposición de Sorolla, que se me pasa!
Soy perro viejo, no te preocupes. Verás, no porque ya nada me contagie, sino porque me presto a los contagios con alegría... No te pierdas a Sorolla, de ninguna de las formas. Aunque lo he visto tantas veces en su casa de Madrid que acá, en el Museo, me faltaba algo de él. Pero un gustazo, sin duda.
Ah, sí, la casa museo de Madrid es una maravilla. ¡Allí me llevó mi primera novia (en esa época cándida en la que uno pelaba la pava con "salidas culturales" -me refiero a la visita, no a mi ex, a la que adoro-. Cómo me he degradado...)! Insisto en que procures no "arrejuntarte" demasiado, que uno no es de piedra y la cosa está que "arden".
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