A veces, el hombre que era rebajaba al artista. Otras, era el artista el que traicionaba al hombre. Consiguió, en un solo texto, que uno y otro se miraran frente a frente. Su epitafio.
miércoles, 11 de junio de 2008
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1 comentario:
¿Epitafio? ¿Pero no era el dios de los comienzos? Caóticos dioses... :)
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