Me resulta tan inimaginable, en la tiniebla, que dos seres puedan abismarse en la pasión, como creer en un vínculo entre ataúdes podridos. En momentos luminosos, reconozco en mi pecho la llama que atraviesa a la roca y el águila.
viernes, 20 de junio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Bajo la luz de nuestra vela, te espero.
Un abrazo muy fuerte.
Publicar un comentario