En este asunto, ni los periódicos mienten: la catarata de alumnos que abandonan sin título la educación secundaria, el bachillerato y la universidad es ya incontenible. Como si la LOGSE y la flamante LOE no hubieran sido suficientes [1], los gerifaltes de la administración educativa andaluza -alarmados ante este panorama y siempre en la vanguardia de la moderna pedagorgía- rumian iniciativas tan razonables y dadivosas como subvencionar con 600 euros mensuales a los alumnos que continúen sus estudios de bachillerato (aunque vayan a clase a pintar monas) y premiar con 7.000 euros a los profesores que, durante un período sostenido, rebajen el "fracaso escolar" (esto es: que aprueben a los pintamonas). Les ahorraré mis aprensiones ante el futuro que nos espera. Si es que no se lo comen y acabamos.
Porque el DNI tampoco miente: estos chicos crecen (y votan, en universal naufragio). Y no es la burricie enfermedad que se cure con los años. Permíteme lector -lectora- que vuelva a mi talante anecdótico y te ilustre con despropósitos de los ya no niños:
(Reunión de estudiantes en una cafetería universitaria)
Fulana (no recuerdo a cuento de qué): Mi padre trabaja como capataz de obra.
Francisco Sianes: Pues cuidadito y no vayas a echarte un novio comunista.
Fulana (desconcertada; sin asomo de ironía): ¿Qué es comunista? [2]
(Autobús urbano. Un grupo de chicas mantiene una animada tertulia cultureta. Escucha, prudente y silencioso, Francisco Sianes -doy mi palabra de que no me invento lo que sigue-)
Chica 1: Pues estoy leyendo a un autor que me flipa.
Chica 2: ¿Quién, quién?
Chica 1: Se llama Alejandro Baricco, que además está buenísimo. (Y ahora con acutísimo hipío) ¡Uf!
Chica 3: ¿Y qué te estás leyendo, tía?
Chica 1: La Ilíada [Habla de Homero. Ilíada. Una traducción o reescritura de la obra clásica]
Chica 3: Pero el libro ese ¿no es antiguo?
Chica 1: Ah, yo qué sé... Va de la guerra de Troya.
Chica 2: Que sí niña, que ése es tela de antiguo: que yo lo leí en el instituto en latín.
Chica 3: Pero, ¿no hay una peli?
Chica 1: Yo creo que no.
Chica 2: Anda que no: la de Brad Pitt.
Chica 1: ¡Ah bueno, sí! Pero vamos: que tú en esa peli no te fijas más que en Brad Pitt, no me digas que no... (Nuevo hipío) ¡Uf!
Chica 3 (dirigiéndose a la más callada del grupo): Niña: ¿y tú cómo estás?
Chica 4 (empanada): Pues mejor: estoy tomando ahora unas gotas de homeopatía para la ansiedad. Me las ha recomendado mi astróloga. Ella dice que se las dio a su perro y que le fue estupendamente.
Chica 3: ¡A su perro!
Chica 4: Sí, sí: es que también valen para las personas. Aunque me dan un poco de yuyu, ¿sabes? Es que tienen cicuta.
Chica 3: ¿Cicuta? Coño: ¡ese es el veneno con el que se mató Platón!
Francisco Sianes (levantándose de su asiento, a voz en grito y apuntando con el dedo a la Chica 1): Pero vamos a ver, ¡vamos a ver! En primer lugar: el escritor "buenorro" se llama AleSSSSSSSandro Baricco. (Apuntando a la Chica 2) El idioma de la Ilíada es ¡el GRIEGO! (Apuntando a la Chica 3) Quien murió envenenado con cicuta fue Sócrates, ¡o acaso Séneca, por el amor de Dios! (Apuntando a Chica 4) !Y tú haz el favor de decirme cómo se llaman esas gotitas contra la ansiedad perruna!
(Sintiendo las miradas reprobatorias o asustadas a su espalda, Francisco Sianes -ulcerado e infeliz- baja del autobús cabeceando en silencio)
Porque el DNI tampoco miente: estos chicos crecen (y votan, en universal naufragio). Y no es la burricie enfermedad que se cure con los años. Permíteme lector -lectora- que vuelva a mi talante anecdótico y te ilustre con despropósitos de los ya no niños:
(Reunión de estudiantes en una cafetería universitaria)
Fulana (no recuerdo a cuento de qué): Mi padre trabaja como capataz de obra.
Francisco Sianes: Pues cuidadito y no vayas a echarte un novio comunista.
Fulana (desconcertada; sin asomo de ironía): ¿Qué es comunista? [2]
(Autobús urbano. Un grupo de chicas mantiene una animada tertulia cultureta. Escucha, prudente y silencioso, Francisco Sianes -doy mi palabra de que no me invento lo que sigue-)
Chica 1: Pues estoy leyendo a un autor que me flipa.
Chica 2: ¿Quién, quién?
Chica 1: Se llama Alejandro Baricco, que además está buenísimo. (Y ahora con acutísimo hipío) ¡Uf!
Chica 3: ¿Y qué te estás leyendo, tía?
Chica 1: La Ilíada [Habla de Homero. Ilíada. Una traducción o reescritura de la obra clásica]
Chica 3: Pero el libro ese ¿no es antiguo?
Chica 1: Ah, yo qué sé... Va de la guerra de Troya.
Chica 2: Que sí niña, que ése es tela de antiguo: que yo lo leí en el instituto en latín.
Chica 3: Pero, ¿no hay una peli?
Chica 1: Yo creo que no.
Chica 2: Anda que no: la de Brad Pitt.
Chica 1: ¡Ah bueno, sí! Pero vamos: que tú en esa peli no te fijas más que en Brad Pitt, no me digas que no... (Nuevo hipío) ¡Uf!
Chica 3 (dirigiéndose a la más callada del grupo): Niña: ¿y tú cómo estás?
Chica 4 (empanada): Pues mejor: estoy tomando ahora unas gotas de homeopatía para la ansiedad. Me las ha recomendado mi astróloga. Ella dice que se las dio a su perro y que le fue estupendamente.
Chica 3: ¡A su perro!
Chica 4: Sí, sí: es que también valen para las personas. Aunque me dan un poco de yuyu, ¿sabes? Es que tienen cicuta.
Chica 3: ¿Cicuta? Coño: ¡ese es el veneno con el que se mató Platón!
Francisco Sianes (levantándose de su asiento, a voz en grito y apuntando con el dedo a la Chica 1): Pero vamos a ver, ¡vamos a ver! En primer lugar: el escritor "buenorro" se llama AleSSSSSSSandro Baricco. (Apuntando a la Chica 2) El idioma de la Ilíada es ¡el GRIEGO! (Apuntando a la Chica 3) Quien murió envenenado con cicuta fue Sócrates, ¡o acaso Séneca, por el amor de Dios! (Apuntando a Chica 4) !Y tú haz el favor de decirme cómo se llaman esas gotitas contra la ansiedad perruna!
(Sintiendo las miradas reprobatorias o asustadas a su espalda, Francisco Sianes -ulcerado e infeliz- baja del autobús cabeceando en silencio)
Lo advertía Bergamín: acabaremos por lamentar la decadencia del analfabetismo. Y una amable lectora de este blog nos recuerda que la aventura humana comienza huyendo del mono y terminará volviendo al mono.
Y sin embargo, ¡oh sin embargo! -pese a indocentes, desertores de la tiza, desorientadores, pedabobos, indirectivos, padrabiliarios, politicastros castrantes y comandos de la klaseborroka- uno aún mantiene la esperanza, el entusiasmo, la flexibilidad, la capacidad de autoengaño, la obstinación, la chaladura en suma de creer que esto que hacemos y que nos deshace cada día sirve para algo. Para alguien.
Se me olvidaba. Las gotitas homeopáticas se llaman L72.
No hay de qué.
[1] Para más información, pueden leer "La arquitectura del ocaso": artículo publicado en este mismo blog.
[2] La chica en cuestión estudia tercero de Empresariales (sic).
Y sin embargo, ¡oh sin embargo! -pese a indocentes, desertores de la tiza, desorientadores, pedabobos, indirectivos, padrabiliarios, politicastros castrantes y comandos de la klaseborroka- uno aún mantiene la esperanza, el entusiasmo, la flexibilidad, la capacidad de autoengaño, la obstinación, la chaladura en suma de creer que esto que hacemos y que nos deshace cada día sirve para algo. Para alguien.
Se me olvidaba. Las gotitas homeopáticas se llaman L72.
No hay de qué.
[1] Para más información, pueden leer "La arquitectura del ocaso": artículo publicado en este mismo blog.
[2] La chica en cuestión estudia tercero de Empresariales (sic).
12 comentarios:
Me he reído mucho con tu artículo, aunque el asunto, ciertamente, no es para tomárselo a cachondeo. Viendo el nivel cultural de los jóvenes de hoy día, miedo me da imaginar el futuro que nos espera.
En fin, tú, como el quijote de la fotografía, no pierdas la esperanza y lucha contra molinos de viento si hace falta, aunque tengas que atiborrarte de gotas homeopáticas de esas.
Un saludo.
Pues a mí la conversación me ha parecido hasta culta... Que una de esas indocumentadas estuviera leyendo a Alejandro Borrico y que las otras supieran que existió un tal Platón que tenía algo que ver con la cicuta y con Brad Pitt... no es baladí, Francisco. Es que usted lo ve todo negro... ;)
Tómese un obús L72 de esos y si no se termina el cartón pásemelo. Abrazo resignado.
jeje. me ha encantado el ímpetu de la enumeración tras ese PERO VAMOS A VER!
Xania,
El día que, jubilado luego feliz, vaya al médico por alguna minucia de anciano y me encuentre con bata blanca a alguno de mis alumnos me da el infarto y acabamos.
Un cordial saludo.
Ana,
Ver ya veo más bien poco. Ciego estoy con tanto "chute" homeopático. ¿Conoce, estimada lectora, algún método menos entontecedor que la química para apañarme? Y no me diga la poesía, que le suelto aquello de "para qué poetas en tiempos de miseria".
(No me abrace, que soy débil y me derrumbo)
u minúscula,
Lo llaman "la energía de la desesperación".
Si lo de la ceguera va por buen camino, tal vez sólo haya que arreglar lo del oído. Unos taponcitos sin efectos secundarios... salvo la cara de estúpida felicidad que se le queda al no oír absolutamente nada. ¿Qué le parece? Y si no le convence... abracémonos en la adversidad.
Querido Fran,
Muy divertidos los dos artículos y fieles a la realidad, aunque claro está que podrían alargarse infinitamente: nuestros alumnos son una inagotable fuente de dispartes y, las más de las veces, de silencios ante cuestiones que creemos de respuesta evidente.
Comparto el desasosiego pero más aún comparto las ganas de enseñar a esos pocos chicos lúcidos que, en todos los grupos y algunos días, te sorprenden con ojos de curiosidad y preguntas inteligentes. Son los oasis de la educación pública (e incluyo en el desierto a muchos profesores y todo tipo de cargos directivos, políticos, administrativos, etc.)
Valga por ellos el esfuerzo, el estrés, el descorazonamiento, la deseperanza... Porque a más de uno nos han salvado de tirarnos de los pelos. Bueno, ellos y la felicidad de conocerte y saber que tienes muchas respuestas que ofrecer a esta pequeña principiante que te atosiga a veces con sus dudas.
Un fuerte abrazo.
Antes que nada, enhorabuena por el blog, le he echado un vistazo y me ha gustado mucho.
Respecto a tu artículo, comparto contigo las ideas sobre el desarrollo de la estulticia estudiantil (qué aliteración, madre mía), y con más razón, pues me hallo en el bando de los estudiantes y tengo el placer (?)de analizarlos más de cerca.
Añado otro ejemplo a tu lista. No hace ni un par de días comentábamos en una cena con varios amigos la proliferación de alcaldías del PP a lo largo y ancho de la Comunidad Valenciana. Preguntada la novia de un amigo por el partido que gobernaba en su localidad, nos miró atónita y no supo responder, "Ay, pues no sé..." Fue lo único que dijo. Estudia tercero de Fisioterapia.
Por cierto, ya lo creo que nos sirve (al menos a algunos) vuestro trabajo como docentes. Y te lo digo de corazón.
Un saludo.
Ana,
Me parece bien la propuesta de los tapones: estoy reconciliado con el silencio; no me pesa lo más mínimo. Aunque el hombre es una animal tan imaginativo que incluso ha aprendido a convertir el silencio en daño, saber callarse cuando toca (que es muy a menudo) es la forma más amable (más compasiva) de estar. La propuesta del abrazo en la adversidad: en fin, quién rechazaría un abrazo...
***
Rupi: privilegiado ser humano que sabe trazar en torno a sí un círculo que limita un territorio permanentemente fértil e inaccesible al desierto. Tú sí que eres un oasis.
***
Pies diminutos,
Te agradezco tu amabilidad y tus palabras de ánimo. Yo intentaré prestar más atención a lo que admiro que a lo que desprecio o temo. Claro que no me resulta fácil cuando convivo diariamente con alumnos culturalmente destruidos por el sistema "educativo". Se hará lo que se pueda por alumnas como tú.
Un cordial saludo.
Y eso que la chica es de 3º de Empresariales... pensé que sería del Bachiller o la ESO, pero parece que ellos no aspiran a leer muchos libros. Tengo amigos en Empresariales y creo que también seráin capaces de no saber ciertas cosas, pero esa conversación es tan brutal en tan poco tiempo...
Ánimo y esperamos más anécdotas, pero menos flagrantes.
fer.filol,
Tiemblo al pensar en los conocimientos económicos de los futuros "empresarios". Pero créame: todo es empeorable.
La próxima tanda de disparates será del contubernio de profesores, pedagogos y Administración.
Me encanta su iniciativa de crear un blog en latín, la lengua más hermosa que existe y de la que -como Borges- tengo una incurable nostalgia.
Bienvenido y un cordial saludo.
Un poco tarde quizá para comentar esta divertida y estupendamente relatada anécdota.
Un abrazo, amigo.
Amigo,
Fray Josepho atesora siempre el don de la oportunidad.
Un abrazo.
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