Lo que quiero decir es que la "porfía" (es decir: del enfrentamiento, el choque, el roce... ya me entiendes...) de los órganos sexuales trae la concordia (esto es: la paz y la satisfacción) de los instintos animales (ésos que en primavera están más rampantes que nunca).
O dicho de otra forma: la guerra de los cuerpos trae la (siempre momentánea) paz a los instintos.
Hay tardes enteras que ha pasado hojeando -sin apenas leer, por el entrañable placer de acariciarlos, olerlos, tenerlos cerca- los manoseados volúmenes de sus estanterías. Rara es la semana que ha dejado pasar sin escribir a mano una carta a un antiguo maestro, al que un día temió y hoy aprecia. Alguna vez, algún vecino curioso podría descubrirlo en ensimismada contemplación tras la ventana; podría acaso pensar que alguna melancolía lo aturde o acosa: él sólo escucha una música lejana o el calmado discurrir de sus ritmos interiores. Nunca un café se alargó como aquel que compartía con ella las soleadas e infinitas mañanas de domingo, a la sombra del árbol que plantara su abuelo. Nadie encontrará con más facilidad una excusa para interrumpir sus paseos por la playa en penumbra, tal como los interrumpía con ella, ahora que ella le falta. Jamás un latido ha durado tanto. Sin duda, observadores imparciales que nada saben ni quieren saber de él dictaminarían, con justicia, que ha perdido el tiempo. Él, si tuviera el valor de contestar, sin exigirles comprensión y con no menos justicia, sostendría que ha ganado una vida.
3 comentarios:
¿asemejas "porfía" a "concuerdas"? ¿"órganos" a "insintos"? y ¿"sexuales" a "animales"?
si es así no entiendo el post.
Lo que quiero decir es que la "porfía" (es decir: del enfrentamiento, el choque, el roce... ya me entiendes...) de los órganos sexuales trae la concordia (esto es: la paz y la satisfacción) de los instintos animales (ésos que en primavera están más rampantes que nunca).
O dicho de otra forma: la guerra de los cuerpos trae la (siempre momentánea) paz a los instintos.
¿Ahora sí? ;-)
aaah... ahora sí
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