Él: En este mundo ontológicamente deconstruido y burocráticamente remendado, lo único que garantiza nuestra identidad es el número del D.N.I.
Ella: Sí. Y apuesto que el tuyo es un número capicúa...
Ella: Sí. Y apuesto que el tuyo es un número capicúa...
1 comentario:
jajajajaja
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