La pereza de sobreponerse a la dificultad propende a convertirse en la dificultad de sobreponerse a la pereza.
3 comentarios:
an
dijo...
completamente de acuerdo, pero es que últimamente casi todo se me hace una gincana... ya te dije, la vida me cansa... pero el cansancio no me da vida :-S a ver si termina, de una puñetera vez, esta sensación de estar de exámenes y me doy unas vacaciones reales... aunque quizá debería primero dejar de de echar culpas a la crisis económica y a la inmadurez de los llamados "hombres"...
Pues... si te sirve de algo mi experiencia, creo que deberías asumir unas cosillas: la crisis (económica o no) es consustancial a la vida, los hombres (todos) resultamos inmaduros a la corta o a la larga (claro que las mujeres tenéis otros déficits de serie...) y, sobre todo, en los asuntos en que media la elección, acabamos encontrando lo que (acaso oscuramente) andábamos buscando.
Hay tardes enteras que ha pasado hojeando -sin apenas leer, por el entrañable placer de acariciarlos, olerlos, tenerlos cerca- los manoseados volúmenes de sus estanterías. Rara es la semana que ha dejado pasar sin escribir a mano una carta a un antiguo maestro, al que un día temió y hoy aprecia. Alguna vez, algún vecino curioso podría descubrirlo en ensimismada contemplación tras la ventana; podría acaso pensar que alguna melancolía lo aturde o acosa: él sólo escucha una música lejana o el calmado discurrir de sus ritmos interiores. Nunca un café se alargó como aquel que compartía con ella las soleadas e infinitas mañanas de domingo, a la sombra del árbol que plantara su abuelo. Nadie encontrará con más facilidad una excusa para interrumpir sus paseos por la playa en penumbra, tal como los interrumpía con ella, ahora que ella le falta. Jamás un latido ha durado tanto. Sin duda, observadores imparciales que nada saben ni quieren saber de él dictaminarían, con justicia, que ha perdido el tiempo. Él, si tuviera el valor de contestar, sin exigirles comprensión y con no menos justicia, sostendría que ha ganado una vida.
3 comentarios:
completamente de acuerdo, pero es que últimamente casi todo se me hace una gincana... ya te dije, la vida me cansa... pero el cansancio no me da vida :-S
a ver si termina, de una puñetera vez, esta sensación de estar de exámenes y me doy unas vacaciones reales... aunque quizá debería primero dejar de de echar culpas a la crisis económica y a la inmadurez de los llamados "hombres"...
Pues... si te sirve de algo mi experiencia, creo que deberías asumir unas cosillas: la crisis (económica o no) es consustancial a la vida, los hombres (todos) resultamos inmaduros a la corta o a la larga (claro que las mujeres tenéis otros déficits de serie...) y, sobre todo, en los asuntos en que media la elección, acabamos encontrando lo que (acaso oscuramente) andábamos buscando.
Un abrazo, perezosa.
sabias palabras
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