¿Trata usted de compensar los mensajes anónimos comentándose a sí mismo? ¿O aquello de "Quién habla solo, espera hablar a Dios a día"? Sabe que se lo digo sin maldad. Deseando leerlo, espero que haya vuelto de las vacaciones con buen ánimo y energías. Por otro lado, mejor eso que no indigestarse con las mujeres de consumir preferentemente antes de...
Hay tardes enteras que ha pasado hojeando -sin apenas leer, por el entrañable placer de acariciarlos, olerlos, tenerlos cerca- los manoseados volúmenes de sus estanterías. Rara es la semana que ha dejado pasar sin escribir a mano una carta a un antiguo maestro, al que un día temió y hoy aprecia. Alguna vez, algún vecino curioso podría descubrirlo en ensimismada contemplación tras la ventana; podría acaso pensar que alguna melancolía lo aturde o acosa: él sólo escucha una música lejana o el calmado discurrir de sus ritmos interiores. Nunca un café se alargó como aquel que compartía con ella las soleadas e infinitas mañanas de domingo, a la sombra del árbol que plantara su abuelo. Nadie encontrará con más facilidad una excusa para interrumpir sus paseos por la playa en penumbra, tal como los interrumpía con ella, ahora que ella le falta. Jamás un latido ha durado tanto. Sin duda, observadores imparciales que nada saben ni quieren saber de él dictaminarían, con justicia, que ha perdido el tiempo. Él, si tuviera el valor de contestar, sin exigirles comprensión y con no menos justicia, sostendría que ha ganado una vida.
3 comentarios:
[Entiéndase la soltería en el sentido más estadocivil del término.]
¿Trata usted de compensar los mensajes anónimos comentándose a sí mismo? ¿O aquello de "Quién habla solo, espera hablar a Dios a día"?
Sabe que se lo digo sin maldad.
Deseando leerlo, espero que haya vuelto de las vacaciones con buen ánimo y energías.
Por otro lado, mejor eso que no indigestarse con las mujeres de consumir preferentemente antes de...
Qué va, querido amigo.
Es que siempre tengo en mente a mi señoraesposa (señoraesposa en el sentido menos estadocivil del término).
Por lo demás, más que en preocuparse por las fechas preferentes, uno se empeña en no convertirse en el impar de un par de yogurcitos caducados.
Y tome sitio, que está en su casa.
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