eco de nunca a los gemidos de la oscuridad donde nos pronunciamos prometidos. ¿Huye la sombra ante la nitidez sin párpado del meridiano o se funde en nosotros por ser fiel a la noche? Repite lo perdido con letras de promesa: anúncianos de nuevo, aullido de tiniebla.
lunes, 24 de enero de 2011
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