jueves, 29 de noviembre de 2007

Tilos

Paseando, he recordado hoy un momento que compartí con mi abuelo pocas semanas antes de su muerte. Tenía en mente el proyecto de plantar tilos en su jardín.

-Abuelo- le preguntaba yo -¿cuánto tardarán en ponerse grandes?-

Él pasaba las botas por el suelo, como buscando una respuesta en la tierra.

-Pues... unos cincuenta años-

Me quedé mirándole a un punto intermedio entre sus ojos y su gorra. Sabía que mi abuelo estaba a esas alturas muy enfermo. Abriendo las manos con un gesto que entonces tenía ya grabado en mi memoria, me dijo:

-Así que podrás verlos bien grandes para cuando tú tengas mi edad...-

Los tilos no han dejado de crecer. Son inmensos, abuelo.

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