Con manos de fiebre confeccionamos desnudos que aromarán de gemidos la noche.
miércoles, 26 de enero de 2011
martes, 25 de enero de 2011
Así
Están sentados relajadamente
cada uno en su lado del sofá,
el uno junto al otro.
La luz de sol
traspasa las ventanas y los mece
en una de esas breves moratorias
que a veces nos concede
la cotidianidad.
Trazaron, convergentes,
sus paralelas soledades
hace apenas semanas.
(Apenas pasan de los veinte años.)
Hay, sin embargo,
una fisura casi imperceptible
en esta tersa calma.
Él pierde su mirada en el vacío,
quizá apacentando musarañas
o bien papando moscas;
pero ella se remueve, inquieta,
con una comezón creciente.
Ahueca los cojines del sofá,
suelta y retoma
un sudoku indeciso,
recoge sus cabellos
(ahora una coleta, ora dos trenzas)
y mira de reojo
a su estrenado compañero,
que de nada se cosca.
Con premeditación alerta,
suelta un suspiro que tampoco altera
la lela compostura del amado.
Sacude, vigorosa, los cojines,
y tensa sus dos trenzas;
busca el solucionario del sudoku
(casi descuajaringa el cuadernillo),
se rasca la nariz y carraspea.
Mira de nuevo de reojo...
y él como si nada.
Así que, ansiosa, capitula.
Se gira en el sofá
y tironea de él
hasta que al fin se vuelve
(rostro de no sé adónde voy
ni sé de dónde vengo)
y suelta de una puñetera vez
la candente exigencia
que la ahoga:
"¡Entretenme!"
Y así comienza todo.
cada uno en su lado del sofá,
el uno junto al otro.
La luz de sol
traspasa las ventanas y los mece
en una de esas breves moratorias
que a veces nos concede
la cotidianidad.
Trazaron, convergentes,
sus paralelas soledades
hace apenas semanas.
(Apenas pasan de los veinte años.)
Hay, sin embargo,
una fisura casi imperceptible
en esta tersa calma.
Él pierde su mirada en el vacío,
quizá apacentando musarañas
o bien papando moscas;
pero ella se remueve, inquieta,
con una comezón creciente.
Ahueca los cojines del sofá,
suelta y retoma
un sudoku indeciso,
recoge sus cabellos
(ahora una coleta, ora dos trenzas)
y mira de reojo
a su estrenado compañero,
que de nada se cosca.
Con premeditación alerta,
suelta un suspiro que tampoco altera
la lela compostura del amado.
Sacude, vigorosa, los cojines,
y tensa sus dos trenzas;
busca el solucionario del sudoku
(casi descuajaringa el cuadernillo),
se rasca la nariz y carraspea.
Mira de nuevo de reojo...
y él como si nada.
Así que, ansiosa, capitula.
Se gira en el sofá
y tironea de él
hasta que al fin se vuelve
(rostro de no sé adónde voy
ni sé de dónde vengo)
y suelta de una puñetera vez
la candente exigencia
que la ahoga:
"¡Entretenme!"
Y así comienza todo.
lunes, 24 de enero de 2011
El día es la crítica de la penumbra;
eco de nunca a los gemidos de la oscuridad donde nos pronunciamos prometidos. ¿Huye la sombra ante la nitidez sin párpado del meridiano o se funde en nosotros por ser fiel a la noche? Repite lo perdido con letras de promesa: anúncianos de nuevo, aullido de tiniebla.
domingo, 23 de enero de 2011
¡Oh, insensatos mortales! Desengañaos:
las parejas no son un complemento de placer: son un complemento de desahogo; no una terra incognita por conquistar, por habitar: una guarida adonde huir, donde refugiarse; no el éxtasis: una redención.
jueves, 20 de enero de 2011
miércoles, 19 de enero de 2011
Acaso sea la literatura
una locuaz conspiración de tumbas
que los aislados precisamos
para arrostrar la impiedad diurna
del mediodía cotidiano.
que los aislados precisamos
para arrostrar la impiedad diurna
del mediodía cotidiano.
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